¹ 𝘽𝙀𝘼𝙐𝙏𝙄𝙁𝙐𝙇 𝘼𝙉𝙊𝙈𝘼𝙇𝙔, annabeth chase. ✓

ONE. ─── ¿Quién es mi verdadera madre?

❪ OO1. ─ La casi verdadera historia, y el principio de las mentiras ,, ⟶ .·. ⊹. ,( ✨ ) ° .

Desperté, una agradable brisa me movía el cabello, lo único que quería era seguir durmiendo, y lo habría hecho de no verla.

Parada junto a la cama, viéndome con unos hermosos ojos azules, pinto una sonrisa en mi rostro hasta que caí en cuenta de que era una desconocida que me veía dormir. Me reincorpore de un salto con la suficiente fuerza para caer de la camilla en la que estaba, su risa lleno la estancia mientras me levantaba quitando el polvo de mi mejilla. Lo primero que se me ocurrió hacer fue salir corriendo, cuando encontré la salida; el sol me cegó, oía voces a mí alrededor, riendo y charlando. Me choque con un par de personas, pero seguí corriendo no reparando en cada minucioso detalle, estaba asustada y no tenía ni idea de que hacer.

Miré detrás de mí, esperando ver a alguien perseguirme pero lo único que obtenía era que me mirarán raro pero nada más que eso. Una lección importante que aprendería en mi tiempo en el campamento mestizo sería; nunca mires atrás, y también que golpearte con una gran pared de cuatro patas y bonito pelaje blanco dolía mucho.

Caí al suelo.

El sol estaba a espaldas de él que se erguía delante de mí con aires imponentes y serenos, me extendió su mano y aunque dude en tomarla, lo hice.

Una vez de pie, me tomé el tiempo de admirar las vistas; debíamos de estar en la orilla norte de Long Island, el paisaje estaba moteado de edificios que parecían arquitectura griega antigua de las que habría en aquellos tiempos ─como un pabellón al aire libre, un anfiteatro, un ruedo de arena─, pero con aspecto de recién construidos, con las columnas de mármol blanco relucientes al sol. En una pista de arena cercana había una docena de chicos jugando al voleibol. Más allá, unas canoas se deslizaban por un lago cercano.

Había niños vestidos con camisetas naranja con la leyenda: «Campamento Mestizo» persiguiéndose unos a otros alrededor de un grupo de cabañas entre los árboles. Algunos disparaban con arco a unas dianas. Otros montaban a caballo por un sendero boscoso y, a menos que estuviera alucinando, algunas monturas tenían alas.

───Hermoso, ¿no lo crees?───.Asentí, encandilada por la belleza del lugar, dejando los pensamientos racionales para después.

Volví a contemplar el prado. Había arboledas, un arroyo serpenteante y hectáreas de campos de fresas que se extendían bajo el cielo azul. El valle estaba rodeado de colinas ondulantes, la más alta de las cuales, justo enfrente de nosotros, era la que tenía el enorme pino en la cumbre.

───No debes estar asustada, Úrsula───.Dijo el señor Brunner, podía detectar la sinceridad en sus palabras por mucho que una parte de mi me gritara que corriera lejos.

───Pero, ¿dónde estoy?───.A este paso no me extrañaría que un hombre en toga viniera y me dijera que había muerto, porque me había golpeado tanto que un sueño no podía ser y el hecho de creer que fuese real... era una verdadera locura, y que lo pensará alguien con mi expediente psiquiátrico era aún peor.