XV. Venganza Malfoy

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—Solo lo repetiré una vez más—me lo dijo demasiado cerca de mi rostro, si creía que estaba siendo amenazante... lo está logrando, además de que sus palabras me revolvían el estómago en una extraña sensación que no sabía cómo nombrarla. —Quítate la ropa Potter o... te la quito yo.

— ¿Qué yo que?— dije asustado, casi balbuceando. 

—Es imposible contigo, parece que todas tus neuronas no sirvieran Potter... Al diablo yo te la quitaré. 

Sentí una leve calentura en mi rostro. No podía estar hablando enserio... Malfoy está loco— No, no te me acerques —dije mientras salía disparado de la silla hacia un lado intentando preservar mi humanidad intacta.

Malfoy apuntó su varita hacia mí— No es mi culpa que no puedas obedecer una simple tarea, así que no tengo de otra que inmovilizarte y hacerlo yo.

Sude frío ante sus palabras. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo escarapelando cada musculo y cada uno de mis sentidos. La sensación escarapelada tenia tantas emociones encontrándose una contra otra que no tenía ni idea de lo que realmente estaba sintiendo, miedo, vergüenza... aquella sensación rara en el estómago que aumentaba mi taquicardia, no tenía ni la menor idea. 

Pero si entendía algo... odiaba esa sensación, me hacía sentir muy vulnerable.

—Petrifi... —intento hechizar Malfoy pero copiando su técnica anterior que usó contra mí, me abalancé hacia él antes de que terminara su hechizo. —Maldición Potter... ¡Eres un maldito copión!

Puse cara de asco por lo que me dijo mientras estaba encima de él— ¡Lo odio tanto como tú créeme! 

Rodamos por el suelo y Malfoy hizo de todo para que no tomara de nuevo mi varita.

Nos empujamos y presionamos mutuamente para abrir una brecha y poder golpear al otro. Cuando por fin hubo una quien tomó la oportunidad fue Malfoy... realmente estaba furioso, y lo sentí bastante, más allá de que me quitó la oportunidad de asestar el primer golpe primero, sentí su ira porque el golpe que asestó en mi mandíbula ardió en toda mi cara... Creo que no fue buena idea considerar los efectos colaterales de secuestrar a Lucius. Pero no voy a mentirme a mí mismo... valió la pena.

Rodé menos de medio metro lejos de Malfoy para esquivar el siguiente golpe.

—Maldición Malfoy... —me arrimé más hacia la pared—. Entiendo que estés enojado y que en parte merezca un poco esto... pero... —Malfoy suavizó un poco el entrecejo—, fue tan gracioso secuestrar a tu padre que valió cada maldito segundo —no sabía si decía esas cosas por lo desorientado que me dejó el golpe o porque se me estaba ocurriendo algo útil, vi como su entrecejo se apretó como nunca y su rostro se comenzó a poner rojo—. Fue tan fácil que aún no me lo puedo creer; no que muy sangre pura y...

—¡POTTER! ¡VOY A MATARTE! —Malfoy dejó de contenerse y comenzó a perseguirme, yo a duras penas conseguí levantarme mientras hablaba así que tropecé mientras huía cuando vi que comenzó a correr hacia mí.

El escobero no era muy grande pero sí lo suficiente como para que comenzaramos a perseguirnos en círculos. 

Me atreví a mirar hacia atrás y en menos de un segundo me arrepentí. Draco tenía el rostro rojo de ira, los ojos inyectados en sangre y hasta daba la impresión que echaba humo por la nariz. Sentí que estaba siendo perseguido por un toro.   

Mientras huía en círculos, recapitule por qué incite esta situación... no encontré ninguna razón lógica exceptuando que esto podía darme una buena idea, de esas que surgen por estar bajo presión. 

Luego de sentir que todo iba en cámara lenta una idea cruzó por mi mente. Malfoy está tan eufórico que cualquier cosa que pase y sea desconcertante ante la situación hará que se paralice... así que, solo se me ocurre darle parte de lo que quiso desde el principio.

¡¿Draco es una sirena?! [Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora