Tal vez me gustas. [RenMin]

final de finales

Las manos del mayor acariciaban su rostro con delicadeza, delineando las relajadas facciones del castaño, ¿Dónde había estado JaeMin todo este tiempo? No podía creer lo feliz que estaba siendo a su lado, JaeMin se encargaba de decirle dulces palabras todos los días, de repartir besos en su rostro cuando podía, siendo totalmente liberal en cuanto a sus demostraciones de afecto, no temía ir por la calle y besarlo si tenía ganas. RenJun no podría explicar lo bien que se sentía que JaeMin actuara así con él. Él mismo se encontró siendo más libre para demostrar su amor por el menor, dejando caricias sobre su cuerpo, o dejando besos en sus mejillas junto con tiernas palabras, JaeMin se sentía ensueño cada vez que aquello pasaba.

A unas semanas de haber comenzado su relación, y a pesar de ser evidentes, nadie había notado su cambio de título, RenJun seguía yendo con la misma regularidad a la cafetería, al igual que JaeMin iba por él a la librería, y es que, a pesar de que no les importaba amarse en público, preferían hacerlo estando a solas, algo únicamente de ellos. Por lo que las únicas personas que sabían que eran novios eran JaeHyun, sus padres, SiCheng, Yuta, ChenLe, y por consecuencia, JiSung.

Siguió acariciando el rostro ajeno, sin apresurarse en su tarea. Besó sus labios con la intención de despertarlo, lo que no tardó en ocurrir.

— Estás aquí... — Murmuró Na, abriendo sus ojos para mirar a su novio.— No me molesta, pero ¿Por qué estás aquí? — Llevó una de sus manos hasta la mejilla de RenJun, acariciándola con sus dedos.

— ¿No puedo venir a visitar a mi novio sólo porque sí? —JaeMin sonrió, buscando juntar sus labios nuevamente.

— RenJun-ah, creí que ibas a despertarlo, no hacer cochinadas con él. — Una tercera voz interrumpió el momento entre ambos.

— YoonOh, deja la vida sexual de tu hermano en paz.

— ¡Mamá! — Sonrió, se sentó en la cama cuando Renjun le dejó espacio para que lo hiciera.

Toda su familia estaba ahí, JaeHyun sostenía un pastel de cumpleaños mientras los demás tenían un gorro en forma de cono en sus cabezas. Comenzaron a cantar en ese momento la típica canción de celebración, JaeMin sonreía para todos, él no esperaba que sus padres y su hermana fueran hasta Seúl sólo por su cumpleaños. En cuanto la canción acabó, la castañita se lanzó sobre su hermano para abrazarlo.

— ¡Feliz cumpleaños, oppa! Yo le hice un regalo. — Le extendió una hoja con un colorido dibujo de personas a palo en ella. — Este es usted, esa soy yo, mamá y papá, JaeHyun oppa, y también MyeongSuk noona e InJun oppa, ¿le gusta?

— ¡Es hermoso! Gracias, Hana. — Abrazó de nuevo a la pequeña, antes de que sus padres también se acercaran para abrazarlo.

— Hicimos el desayuno, levántate para que comamos. — Su madre dejó un beso sobre su cabeza antes de que todos se fueran de nuevo de la habitación, quedado sólo la pareja en ella.

— Feliz cumpleaños.— Miró a RenJun que aún estaba sentado a su lado en la cama, y se lanzó una vez más sobre él para abrazarlo, haciendo que quedaran recostados sobre la cama.

— ¿Cómo es que acabo de despertar y ya es uno de los mejores cumpleaños de mi vida? —Sostenía su cuerpo con sus brazos para no aplastar al mayor, teniendo una corta distancia entre ellos. — Creo que el tenerte aquí ya es un cincuenta por ciento base de lo que me hace feliz.

— ¿El cincuenta?

— Claro, te quiero mucho, y me haces muy feliz, pero que mi familia esté aquí también hace todo mejor para mi.

— Entiendo, yo creí... que ibas a besarme, y lo sigo esperando, ¿Sabes? —Sus ojos no abandonaban los labios contrarios, siguiendo su movimiento al hablar.