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Estaba confirmado, la familia Na estaba enamorada de RenJun, y como para no estarlo, el muchacho ayudaba a todos en la casa, cocinaba con la señora Eunji para el almuerzo, jugaba con Hana por las tardes, comentaba sobre libros con el señor Yonghye, y a Jaehyun no había que convencerlo, a él ya le encantaba porque hacía a su hermano feliz, eso era suficiente para él.

 Para Jaemin no había nada mejor, su amigo ya era como parte de la familia, y bueno, ya que sus padres y hermano sabían que le gustaba Renjun, era como si estuvieran aceptando aquella relación amorosa inexistente, ¡les agradaba el chico que le gustaba! ¿Qué más podría pedir?.

Era por la mañana cuando Jaemin llegó corriendo a la habitación de su hermano gritando su nombre como loco, el mayor estaba en la silla de su escritorio, mientras que Myeongsuk estaba recostada en la cama, ambos miraron al menor mientras este entraba por la puerta y se apoyaba en ella con su respiración agitada.

— Voy a decirle. — Fue lo único que salió de su boca antes de lanzarse a la cama. — Mi corazón no puede con tanto, tengo que decirle, porque podría arruinarlo si no lo planeo, ayer casi se lo digo, él sólo estaba existiendo y, y, y, yo casi le digo que me gusta. — Cubrió su rostro con sus manos, causando que sus palabras sonaran ahogadas.

— ¿Dónde está ahora? Espero que no lo hayas dejado solo por ahí para venir a llorar con nosotros. - Habló la pelirroja a su lado.

— Claro que no, está bañándose, vine aquí en cuanto se metió al baño.

— Entonces, estás seguro de hacerlo... — Habló ahora su hermano, él asintió. — Y nos dices porque...

— Porque en verdad no estoy seguro, Jaehyun, por Dios, ¿Acaso no recuerdas que tu hermano necesita que le digan si está bien hacer algo o no? — Se giró hasta quedar abrazando a la mayor. — Noona, ¿Debería decirle?

— Has lo que te salga del...

— YoonOh. — Lo interrumpió, dándole una mirada molesta. — Nana, aunque tu hermano no tiene tacto para decir algunas cosas, tiene razón, puedes hacerlo su quieres, si piensas que te vas a sentir mejor si se lo dices, deberías hacerlo, si quieres hacerlo de la forma más cursi del planeta, también puedes hacerlo, pero no si no estás cien por cien seguro, no te presiones, se dará el momento indicado para hacerlo. — Veía lo inseguro que JaeMin estaba en ese momento, así que trató de tranquilizarlo dejando cariños sobre su cabello.

— Se dará el momento... Sí, está bien. — El castaño se sentó sobre la cama, viendo a la chica. — No voy a presionarme, si surge el momento lo haré, gracias, noona. — Sonrió para ambos mayores, se puso de pie y salió de la habitación.

Tenían razón, no debía apresurarse, es cierto, su mente y lengua se esforzaban para que aquellas palabras salieran en el momento menos indicado, pero podía controlarlo, debía dejarlo fluir.

Volvió a su cuarto dando prolongadas respiraciones, una vez ahí se encontró con Hana tratando de subir a su cama, se acercó hasta ella para tomarla y ayudarla a subir, la pequeña fue hasta la almohada, poniendo su cabeza ahí mientras miraba a su hermano, este rió, su hermana era adorable.

— ¿Quieres seguir durmiendo? — la pelinegra asintió dando un bostezo. — Bueno, no creo que mamá se enoje si duermes un poco más, ¿Quieres que me quede contigo? — Volvió a asentir, el castaño sonrió con ternura, se recostó junto a su hermana, y ella se acurrucó contra él. — No sé cantar como JaeHyun hyung, pero puedo intentarlo.

— Está bien, oppa, sólo quiero dormir con usted. — JaeMin sintió su corazón derretirse, aquella niña iba matarlo de ternura un día de estos.

Tal vez me gustas. [RenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora