Álvaro/Polo

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Pedido de LaChalamet

Narra t/n
Las clases de hoy habían terminado, estaba juntando mis cosas mientras los demás salían del salón. Me dí cuenta que todos se iban menos Polo. Últimamente se había estando quedando solo en el aula, evitaba a todos (o todos lo evitaban a él). Sabía que Polo se la estaba pasando muy mal, era mi amigo y quería apoyarlo, sin embargo, desde lo de Marina no hablo mucho con él. El siempre había sido mi amor platónico y pensaba que lo amaría para siempre pero Marina también era mi amiga, la quería mucho. Polo y yo tuvimos ciertos momentos a pesar de que él andaba con Carla. Al principio me sentía mal, después me di cuenta que esa relación estaba más que apagada y la verdad Carla no era mi gran amiga. Esta semana corrieron rumores de que Polo no había sido el culpable por lo de Marina y quería creerle. ¿Quién soy yo para no perdonarlo? Así que decidí hablarle.

—Hola ¿Cómo estás? Hace mucho que no hablamos — me senté a su lado.

—Hola —contestó extrañado —pues estoy normal, vaya, que no estoy de maravilla pero tampoco muy mal. Y sí, hace mucho que no hablamos ¿Qué te ha motivado a hacerlo de nuevo?

—Es que te vi solo y...

—¿Entonces me hablaste por lástima?

—No me dejaste terminar. Te vi solo y desde hace varios días que quería hacerlo pero no había encontrado el momento.

—Gracias por hacerlo. Muchos me miran como un bicho raro y se van.

—¿Por qué estás solo? ¿Y Cayetana?

—Se ha ido, tiene asuntos familiares que atender.

    Seguimos conversando durante unos diez minutos más, había olvidado lo bien que se sentía estar con él. Veía esos ojos azules y me perdía. Cuando terminamos le pregunté en qué se iría a casa y me contestó que vendrían a buscarlo. Me ofrecí a llevarlo, cuando me alejé de Polo también lo hice con sus madres. Ellas son buenas amigas de mis padres, aveces van a mi casa pero no salgo de mi cuarto cuando están.

    Cuando llegamos a su casa, no había nadie, más que las de la cocina y limpieza, como siempre. No entiendo porqué sus madres lo dejaban tanto tiempo solo sabiendo por lo que había pasado.

    Teníamos hambre, fuimos a la cocina y la comida ya estaba lista. El resto de la tarde estuvimos viendo películas, comedias románticas. Preparamos palomitas, lo admito, las primeras se nos quemaron pero las segundas quedaron exquisitas. Hablamos mucho, me confesó como se había sentido durante todo este tiempo, me dijo que tuvo un tipo secuestro por parte de Guzmán y Samuel, que no era muy feliz con Cayetana y que me extrañaba. Todo lo que expresó me sorprendió. Cuando dieron las ocho pedimos una pizza y seguimos con el maratón de películas, por suerte era viernes.

  Dieron las diez y Polo me invitó a quedarme en su casa. Acepté. Me dio de su ropa y me la puse, su playera olía delicioso. No sabía lo que iba a pasar pero quería que pasara algo más entre nosotros, como los viejos tiempos. Aproveché que estaba a mi lado y puse mi cabeza en su hombro, él igual se acercó. 

—Hoy estás muy bonita —me miraba.

—Tu siempre estás guapo.

     Al terminar de decir eso lo besé, Polo dudo en seguir pero lo hizo. El beso duró bastante, no se imaginan cuanto extrañaba esa sensación que solo él logra darme.

    Al estar en un momento íntimo le dije algo que no sabía que luego me iba a arrepentir. Le comenté que me gustaba cuando engañaba a Carla conmigo, suena feo lo sé. Lo que no le dije es que todavía me gustaba.

—No me digas que te enamoraste de mí —burló.

—¿Qué esperabas? Siempre lo he estado — contesté seria —Te quiero Polo.

—No te creo. 

—¿Por qué? 

—No lo sé. Desde el principio te dije que esto era para jugar, no nos podíamos enamorar.

—¿No me crees o no me quieres? ¿Acaso es porque no soy Carla?

—Ahora tengo frío el corazón, perdón, pero no confío en nadie. Tenemos muchos secretos guardados, no va a haber confianza si estamos juntos.   

    No seguí escuchando porque me fui de ahí. Por más que el me llamó insistiendo en que me quedara, encendí mi auto y fui a casa. Cuando llegué, mi madre me vio triste y con lágrimas en los ojos, me preguntó que pasaba. No pude contestar solo la abracé y lloré aún más. Ella me consoló como siempre, me preparó chocolate caliente y me abrazo hasta que me dormí.

    Al día siguiente continuaba un poco triste pero al saber que sería el día de la gran fiesta me animaba un poco. Mis padres me habían comprado un hermoso vestido en su última ida a París y lo iba a estrenar.

    Mi padre había rentado una limosina, quedé con Lu en pasar a buscarla. Fuimos por ella pero como siempre no estaba lista. Cuando se subió me felicitó por mi buen gusto en la moda y yo le devolví el alago. Cuando llegamos a la fiesta todo estaba genial, Lu se fue con Omar y yo con Ander. Conversamos durante un largo rato cuando de repente apareció Polo.

    La aparición de Polo fue de película, todos notaron su presencia. Él le había hecho daño a la mayoría de aquí de distintas maneras, a unos más que otros y en varios era irreparable. Luego de media hora rondando por el lugar se acercó a mí.

—Hola.

—¿Veniste porque estoy sola? —Ander de había ido hace unos minutos.

—La primera vez tú me buscaste ¿No quieres más de mí?

—Polo, no estás bien — creo que había bebido.

—¿Eso es un no?, eso no lo decías cuando engañaba a Carla contigo.

—Cállate —estuve a punto de darle una bofetada — eres lo peor, solo jugaste conmigo.

—Ambos sabemos que no eres una santa, ni siquiera yo lo soy, perdón.

—¿Entonces? ¿Me estás insultando o te estás disculpando? — no respondió — tú sigue en lo tuyo y yo en lo mío.

—Sabes cómo soy.

—Claro que lo sé y este no eres tú.

—Pero yo no soy el hombre que necesitas. 

    Estaba enojada y confundida. Realmente no le entendía, lo amo pero me amo más a mi misma y no voy a permitir que me siga tratando así.

—Buenas noches Polo, fue un placer ser tu amiga. En unos días me voy a Londres y espero no volver a verte nunca más.

    Esas fueron mis últimas palabras hacia Polo. Minutos después vi como el cayó y murió enfrente de todos. Solo me resta decir que lo amé, más que Carla o Cayetana y por su puesto más que Christian o Valerio.

One Shots - ÉLITE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora