Imagina un cielo de media noche, en él no hay colgada ningún astro; en aquel pisaron oscuro; casi imperceptible se trazó como si fuera un rayón de tiza blanca, el rastro de una estrella fugaz, disolviéndose en la oscuridad; en los pocos instantes, otra de ellas repite su misma trayectoria, este suceso se ve multiplicado en menos lapsos de tiempo, hasta que se ve cubierto por la danza de una lluvia estelar.

Tanto para ti como para mí, no nos alcanzaría la vida para escuchar lo que cada una de ellas tiene que contar, solo nos concentraremos en una; aquella que se desvía y da contra el costado de una envejecida montaña. El cometa pierde su brillo mientras gira cuesta abajo, se ve con mayor claridad su verdadera forma; no más de cuatro cabezas de altura, probablemente unos cuatro años de edad, la figura de un pequeño niño que lleva puesto el disfraz de un perro sucio, desnutrido, moribundo, al fin logra descansar de su carrera vertiginosa cuesta abajo sobre el seco pastizal de un yermo muerto.

Inhala profundamente, levanta su torso hasta quedar en un ángulo de noventa grados, abre sus ojos, está sorprendido de lo que ha visto, no por el lugar, sino por sus pies desnudos, nunca los había visto de esta manera, son perfectamente normales.
Estupefacto lo roza con la yema de sus dedos la planta de sus pies, siente cosquillas.

Niño: jjajajaja, se siente gracioso.

Hace bailar cada uno de los cinco dedos de sus pies

Niño: unooo, dooooosss, tes, cuaaaato y cico, ¿huuummm? No son solo cuato.

Lanza un grito de euforia para sí mismo.

¡MIREN TODOS… NO SON SOLO CUATO DEDOS!
lo sabía no soy un perro.

LTW

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2020 ⏰

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