Martes

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Palabra: Lago Negro

Época: Torneo de los Tres Magos, cuarto año de Harry en Hogwarts

Género: acción, angst (?)

Personajes/ship: Snarry (Severus Snape & Harry Potter)

***

"Sobre un error de cálculo que casi lleva a la tragedia, y sus consecuencias"


Harry Potter estaba desesperado.

Había resuelto el enigma del huevo de oro (no sin ayuda) y parecía evidente que en la segunda prueba del torneo de los tres magos habría que bucear en el Lago Negro.

Ni siquiera había sido lo suficientemente inteligente como para darse cuenta del grave problema que eso conllevaba.

El aire.

Hermione rápidamente le había preguntado cómo pensaba solventar esa cuestión, y él se había quedado con cara de tonto. No lo había pensado.

Era la tarde anterior a la prueba, y todavía no había encontrado una solución. Después de muchas horas en la biblioteca no había leído nada que pudiera servirle.

Pero entonces lo encontró. Branquialgas.

Nunca había oído hablar de ellas, pero parecía ser un tipo de alga mágica que tenía el poder de hacer salir branquias a quien la ingiriera.

Perfecto, justo lo que necesitaba. Ahora solo tenía que encontrar branquialgas.

Suspiró tirándose sobre la mesa de la biblioteca en posición de dormir. Era tarde por la noche y tenía sueño. ¿Dónde coño iba a encontrarlas a esas horas y con tan poca antelación?

Miró su reloj. Justo era la hora del toque de queda.

Solo había una posibilidad. En el almacén de Snape.

***

El profesor de pociones salió de su despacho a la hora de siempre cuando le tocaba llevar a cabo la ronda nocturna.

Al pasar por delante del aula de pociones oyó un ruido y rápidamente colocó un hechizo de silencio sobre sí mismo, entrando por la puerta entornada con disimulo.

Alumnos fuera de la cama... siempre eran un bocado delicioso para distraerse un poco.

El sonido de quien quiera que fuera lo guió hasta el armario de los ingredientes, y al asomarse por la rendija de la puerta y ver a Potter trajinando con sus valiosos tarros una sonrisa se proyectó en su rostro. Dio un paso hacia el mocoso, que estaba de espaldas.

¿Qué coño estaba haciendo allí? La prueba del torneo era al día siguiente y no eran horas de robar ingredientes de pociones.

Snape avanzó hasta casi tocar su espalda con el pecho y deshizo su encantamiento de silencio dispuesto a darle el merecido susto en cualquier momento.

Pero el susto se lo dio Potter a él. Con tanto afán rebuscaba su mano en la estantería que golpeó uno de los tarros y este cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos y derramando su contenido, sangre de centauro, por el suelo.

-¡Potter!- rugió el profesor en su oído. El chico brincó dándose la vuelta y mirándolo aterrado.

-Snape- murmuró.

-Profesor Snape, si no le importa- dijo él con desprecio mirándolo desde su altura. Con gran irritación vio cómo la cara de Potter se relajaba y su boca se curvaba en una sonrisa que intentaba reprimir. Acababa de encontrar las branquialgas, pero no sonreía por eso, sino porque era consciente de su propia estupidez y mala suerte.

Semana temática de Harry Potter /one-shots/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora