Domingo

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Palabra: Bosque prohibido

Época: último año de los merodeadores en Hogwarts

Género: romántico, angst, fluff

Personajes/ship: Snupin (Severus Snape & Remus Lupin)

Advertencias: un poco gore

***

"Sobre un olvido lunar y un paseo por el bosque"

Poco antes de la hora de cenar, Severus estaba en la sala común de Slytherin manteniendo escasa conversación con sus alcornoques compañeros de casa. Se había escondido detrás de un libro y no hacía caso de lo que se hablaba, pero algo de lo que decían captó su atención.

-¿Y qué es de tu novio el lobito?- últimamente uno de sus compañeros de séptimo se había puesto pesado con molestar a otra chica respecto de su supuesto novio hombre-lobo. -Esta noche es luna llena, en unas horas estará aullando: aúúú...

Snape casi saltó de su asiento. ¿Era luna llena? Mierda. Después de disimular un momento, salió rápidamente hacia su dormitorio.

Desde el "accidente" en el que Lupin casi lo mata y del que Potter lo salvó como un héroe en el último momento, Dumbledore le había pedido que preparara la poción Matalobos para que el licántropo la tomara cada luna llena. Al principio no quería hacerlo, ¿por qué tenía que ser él? ¡Que lo hiciera Slughorn, que para eso era el maestro de pociones! Dumbledore le explicó que Slughorn tenía que suplir a la enfermería y tenía bastante trabajo ya, y que él como estudiante aventajado en pociones era fiable para tan delicada tarea.

Su alma egoísta lo hizo acceder. Era cierto, él era el mejor para llevar a cabo esa tarea, y Lupin tenía la suerte de que él estuviera dispuesto.

Así quedó la cosa, y cada vez que se acercaba la luna llena Severus iba al aula de pociones, de cuya llave tenía una copia cortesía de Slughorn, preparaba la poción Matalobos y se la llevaba a Lupin, que casi siempre se deshacía en agradecimientos. Su alma egoísta estaba, evidentemente, encantada con esto.

Y se le había olvidado. Esta vez se le había olvidado. ¿Cómo había sido tan tonto? ¿En qué estaba pensando?

Dio un par de vueltas por el dormitorio agarrándose del pelo y luego salió corriendo al aula de pociones.

La poción Matalobos caducaba alrededor de una semana después de su preparación, por lo que era necesario hacer nueva cada luna llena, y se debía tomar en el día antes de la noche de luna.

"¿Por qué el maldito Lupin no me lo ha recordado?" pensaba Snape furioso mientras cortaba los primeros ingredientes. "Siempre se la doy un par de días antes, ¿y esta vez he pasado de él y no dice nada? ¿También se habrá olvidado? No creo, tengo entendido que a los licántropos se les afinan los sentidos y los instintos antes de la luna llena."

Preparó la poción con prisa, pero los tiempos de cocción no los podía acelerar y finalmente tardó hora y media, algo menos que normalmente. Eso sí, podía dar fe de que estaba bien preparada.

E

ra consciente de quedé había saltado la cena, pero se sorprendió al ver por la ventana de un corredor que estaba anocheciendo. No podía ser verdad. Su alma egoísta no podía concebir la idea de que no había sabido cumplir perfectamente con la tarea que se le había encomendado, y obstinadamente siguió su camino.

Semana temática de Harry Potter /one-shots/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora