Capítulo 12: un día de castigos

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Hermione empezó a correr, pero el chico pronto la cogió por la cintura. Sirius, le dio la vuelta quedando frente a frente. Hermione intentaba soltarse. Ambos estaban sonriendo. Hermione se temía lo que fuese a hacer. Sirius estaba pensando la mejor manera de vengarse. Iba a besarla, cuando escuchó unos pasos. Se separó de Hermione y ella corrió a esconderse detrás de una estatua que estaba en la esquina del pasillo.

-Señor Black, ¿se puede saber que está haciendo?- preguntó la profesora McGonagall.

-Me calló el cubo en la cabeza.

-Por hoy es suficiente, vaya a darse un baño y cámbiese de ropa.

La profesora con un movimiento de varita recogió todo y se fue. Sirius fue ajunto de Hermione y le tendió la mano. Hermione se la cogió.

-¿Te apetece que nos demos un baño en el servicio de los prefectos? – preguntó Sirius.

-No- le dijo Hermione soltándole la mano.

-¿Segura?- le volvió a preguntar mientras se le acercaba sensualmente.

-Segurísima. Me voy.

Cuando ya estaba al final del pasillo, se giró.

-Por cierto, no estoy enamorada de nadie- se dio la vuelta y se fue.

Sirius se quedó riendo. La chica no sentía nada por nadie, así que era su momento. Cada vez le gustaba más. Cuando pensaba que cayera en sus redes, se encontraba con que ni por asomo. Le presentaba batalla y eso le gustaba. Le hacía sacar lo mejor de sí y superarse. Por ella valía la pena.

Hermione se duchó y cambio de ropa rápidamente para ir a la biblioteca. Después de dos horas encontró una manera de burlar el hechizo que lanzó Voldemort.

...El repelente de personas se emplea principalmente para evitar que se acerquen los muggles. Las brujas y magos que se acerquen no se verán afectados.

Otra versión es cuando se pretende alejar a muggles y magos. Si se hace un hechizo muy potente, será fácilmente reconocible a cierta distancia. Se emplea para cuando quieres alejar a muchas personas a la vez. Pero cuando el hechizo está pensado para eludir a una o dos personas, su presencia es menos notoria.

Para casos extremos, en los que una bruja o mago necesite llegar a ese lugar sin olvidar que fue a hacer necesitaría una poción de refuerce mental y concentrarse con todas sus fuerzas en lo que fue a buscar...

Hermione dejó el libro y buscó la receta de la poción de refuerzo mental. Cuando la apuntó, corrió a buscar a Regulus. No lo encontró, pero se encontró con Severus.

-Severus-lo llamó la chica.

El chico se giró, estaba bajando las escaleras.

-¿Has visto a Regulus?- le preguntó con las voz entrecortada de estar corriendo.

-No. ¿Necesitas algo?

-Le puedes dar una nota mía.

-Claro.

Hermione garabateo algo rápidamente y se la dio al chico.

-¿Quieres que se la de ahora mismo?- le preguntó el chico al verla sin aliento.

-No hace falta. Cuando lo veas.

Hermione se sentó en las escaleras y el chico a su lado.

-Al final, ¿se lo hiciste pagar a Black?

-Sí, le tiré un cubo de agua sucia, no veas que mal olía.

-Me alegro, así se lo pensará para otra vez.- dijo con una sonrisilla.

El aroma del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora