Hace tiempo, vivía en un mar tropical, una sirena muy bonita, del color del ébano, quien se pasaba el tiempo nadando con los animales marinos, y a veces jugaba con los niños y niñas que iban a la playa. Ella era feliz con la vida que llevaba.
Un día, los niños le contaron a la sirena que, ese día en la escuela, habían aprendido que hacia el norte habían países donde todo el paisaje era diferente, pues había nieve y hielo en el invierno, y las personas eran del mismo color que la nieve. Los pequeños dijeron que tenían mucha curiosidad de ver cómo eran esos lugares, y la sirenita también sintió muchas ganas de conocer aquellos países. Así que al día siguiente, decidió viajar al norte para ver por sí misma esos paisajes y a las personas del color de la nieve. Se despidió de los niños y niñas, prometiendo que les traería algún regalo de los paisajes fríos, y comenzó su aventura.
Nadó por muchos días, o tal vez semanas, hasta que llegó por fin a una zona donde habían bloques de hielo flotando en el agua, y hacía mucho frío en el agua, pero más al asomarse fuera de ella.
La sirena se puso muy feliz de ver que había llegado al norte, y comprobó que los paisajes, tanto submarinos como terrestres, eran muy diferentes y con un encanto diferente a los del mar tropical. Pensó que en estos nuevos países también debían haber niños y niñas con quiénes jugar, y que tal vez ellos podrían ayudarle a conseguir un regalo para sus amigos, así que empezó a acercarse a las playas para ver al las personas.
Sin embargo, como había llegado en el invierno, las playas estaban vacías, y los únicos que salían al mar cuando el frío era soportable, eran los pescadores.
Tras varios días de observar desde lejos las actividades de los humanos, y lo diferentes que eran a los que vivían en las costas tropicales, la sirena se decidió y se acercó a hablar con los pescadores.
Cuando ellos vieron que se acercaba una sirena, del color del ébano, y que nadaba de una forma un poco extraña (por el frío), los pescadores se asustaron y empezaron a lanzar sus arpones para hacer que se alejara, lo cual funcionó. La sirenita no entendía porqué los pescadores habían actuado así, por lo que decidió intentarlo de nuevo al día siguiente.
El resultado fue el mismo. Aunque la sirena trató de acercarse a otro grupo de pescadores, ellos le lanzaron arpones para alejarla. Entonces, ella pensó que tal vez le tenían miedo porque era de un color diferente al de ellos, puesto que los niños del mar tropical también eran de olor oscuro, y ellos nunca le tuvieron miedo.
La sirena entonces decidió buscar una forma de verse del color de la nieve, pero no lo consiguió, pues todos los materiales blancos que encontraba se limpiaban de su cuerpo con el movimiento del agua.
Entonces la sirena decidió intentar acercarse de nuevo a las personas, esperando que ahora que ya la habían visto, estuvieran menos asustados. Así que se acercó de nuevo a la orilla de mar, pero esta vez, vio que un tritón también estaba intentando acercarse a los pescadores. Él también era del color de la nieve, pero los pescadores de todas formas le tenían miedo, y también le lanzaban arpones para ahuyentarlo.
Él finalmente se alejó de los pescadores, entonces la sirena se acercó a hablarle: "Hola, ¿estás bien?". "Sí. Sólo quería ser amigo de los pescadores, pero tienen miedo de los seres que son diferentes" dijo el tritón. La sirena comentó: "Qué raro. Yo vengo de un lugar donde las personas no tienen miedo de quienes son diferentes; allí tengo muchos amigos humanos". "¿En serio?" preguntó sorprendido el tritón. "Sí. Y creo que ya es momento de que regrese allá; aquí no he podido jugar con nadie, y además, hace mucho frío" dijo la sirena.
El tritón pensó un poco y preguntó: "¿Puedo acompañarte?, yo quiero conocer nuevos lugares y personas que no me teman". "Sí" respondió la sirena, y los dos se pusieron en marcha.
Tiempo después, llegaron al mar tropical.
La sirena se reencontró con sus amigos, los niños y niñas, quienes se pusieron muy contentos de verla, y más cuando se enteraron que les había traído un nuevo amigo, lo cual era el mejor regalo que podían recibir.
Moraleja: No debemos temer a quienes son diferentes por la simple razón de ser diferentes.
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Cuentos con moraleja
Cerita PendekÉstos son cuentos que enseñan una lección para no olvidar que debemos enfocarnos en lo importante de la vida.