Sin tiempo, con tiempo

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Cada día que pasa tenemos, literalmente, menos tiempo para todo.

Te levantas a la mañana ya apurado porque cuando sonó el despertador preferiste hacer odios sordos y seguiste en tu sueño.

Como puedes te calzas los pies y diriges hacia el baño. En el camino te cruzas a tu hijo mayor, tan dormido como vos, y pasan uno al lado del otro sin siquiera mirarse, como si se trataran de dos reconocidos que se cruzan en la calle.

Te aseas. Te pones el traje de siempre y apenas un sorbo al café que había preparado tu esposa oficia de desayuno. Subes al auto y comienza el camino hacia al trabajo.

En la primera esquina una señora mayor, de pasos dubitativos y sostenida por el frágil bastón espera cruzar la calle. No tienes tiempo para frenar y dejarla pasar, mucho menos para bajarte a ayudarla, para que se sostenga de tu brazo fuerte.

No tienes tiempo pero el semáforo no lo entiende y no tiene mejor idea que ponerse en luz roja. Tus dedos rebotan en el volante símbolo de impaciencia. Luz amarilla, verde, el auto de adelante se demora unos segundos en arrancar, desconoce tu falta de tiempo y se lo haces notar tocando bocina e insultando al aire.

Llegas al trabajo, pasas por delante de tus compañeros como si no estuvieran allí. Al llegar a tu escritorio preparas la carpeta para la reunión que te espera. Un amigo quiere hablarte., sus ojos llorosos muestran tristeza, Pero no tienes tiempo y se lo haces saber.

Entras al gran salón unos minutos tarde, porque inevitablemente cuando uno no tiene tiempo llega tarde a todo.

En medio de la reunión suena tu celular. Te excusas ante los presente y cortas la llamada diciendo: "Era mi señora, seguramente nada importante. No tenemos tiempo para llamadas."

Minutos después suena nuevamente el celular avisándote que esta vez te había llegado un mensaje. Ves que es de tu señora, no tienes tiempo para responderle. "En un rato lo leo" te dices, ahora no tengo tiempo.

Tu reunión no entiende de tiempos y se hace más larga de lo previsto. Y tu tiempo sigue sin tener tiempo.

Tu día sigue normalmente. Te olvidas de responder la llamada o el mensaje de tu mujer.

Vas a la calle nuevamente, corres hacia el auto, una persona te cruza y quiere preguntar algo. "Disculpe no tengo tiempo" le dices.

A otra vez los semáforos se burlan de tu falta de tiempo y llegas tarde a tu casa.

Al entrar notas que la cena ya está en la mesa. Saludas a tu mujer quien te responde con una pregunta: "¿Has visto el mensaje que te mande?"

"Uhy el mensaje la verdad que no. No tuve tiempo y después me olvidé."

Ella se va al cuarto dejándote sólo en la cena. Tómas el celular , abres el mensaje y lees: te extraño mi amor. Te amo.

Una lágrima se desprende de tu mirada. Te das cuenta que ya no tienes tiempo de volver a vivir el día que acaba de terminar y responderle el mensaje lleno de amor.

Lucas 10:38-41

Jesús visita a Marta y a María

38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.

39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.

Cada día que pasa tenemos, literalmente, menos tiempo para todo pero siempre lo hay para lo verdaderamente importante.

Te levantas a la mañana, tu marido sigue durmiendo a pesar del sonido del despertador, lo dejas un poco más porque piensas que ha de estar cansado

Te calzas los pies y diriges hacia el baño. En el camino te cruzas a tu hijo menor y se funden en un abrazo como si hubiera pasado mucho tiempo sin verse

Preparas con amor y alegría el desayuno para tus hijos y esposo. Los chicos lo disfrutan antes de salir hacia la escuela. Tu marido que se había levantado tarde y sin tiempo, a penas le da un sorbo, lo deja en la mesa y sin decir nada se marcha.

Acompañas a tus hijos hasta la escuela entre risas y sonrisas a pesar de lo temprano del día.

Llegas al trabajo, saludas a tus compañeros. Al llegar a tu escritorio preparas la carpeta para la reunión que te espera. Un amigo quiere hablarte., sus ojos llorosos muestran tristeza, apoyas la carpeta en el escritorio y lo invitas a sentarse. Una vez que se retira y a pesar de que ya era un poco tarde, sacas tu celular para llamar a tu esposo, la llamada no es atendida

Entras al gran salón unos minutos tarde, pero poco importaba, habías escuchado a quien necesitaba ser oído.

En medio de la reunión suena tu celular, te excusas ante los presente diciendo: "Disculpen un segundo puede ser mi esposo a quien le dejé una llamada perdida y no quiero que se preocupe." No era él, simplemente una llamada de número privado pero equivocado. La reunión se termina y le envías un mensaje diciéndole cuanto lo extrañas y amas.

Tu día sigue normalmente. Llegas a tu casa y preparas la cena que compartes con tus hijos. Y dejas en la mesa un plato para cuando llegue tu marido.

Al entrar él le preguntas: "¿Has visto el mensaje que te mande?"

"Uhy el mensaje la verdad que no. No tuve tiempo y después me olvidé."

Ante su respuesta te vas al cuarto dejándolo sólo en la cena. Ya debajo de las sábanas escuchas que suena tu teléfono, abres el mensaje y lees: "perdón amor, yo también"

Una lágrima se desprende de tu mirada. Te das cuenta que siempre tienes tiempo para recibir un mensaje lleno de amor.

Lucas 10:38-42

Jesús visita a Marta y a María

38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.

39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.

42 Pero sólo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

En cuentos con JesúsWhere stories live. Discover now