24. "Perdonar es parte de vivir"

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SHISUI




Dos días después del ataque, rendimos un gran funeral a los caídos en batalla, también añadimos sus nombres en la piedra memorial. El cuerpo de Mukai tuvo una lápida especial, es lo que Reiko hubiera querido, se que cuando despierte querrá ir a visitarlo.

Ya había pasado un mes desde que Reiko había caído en coma. Hoy como todos los días desde entonces le llevaba sus flores favoritas, siempre le gustaron los tulipanes, y hoy no podía fallarle.

—Shisui.—Naruto me sacó de mis pensamientos.—De nuevo vas a visitarla.—Se acopló a mis pasos.

—Sí, tengo muchas cosas que contarle, además le llevaré esto.—Alcé el ramo.

—Ya llevas un mes entero así, no has dormido bien, por un día que no la visites...

—Si no lo hago se que se molestaría. Tu sabes que lo hago porque la amo.

—Lo sé, mamá y papá están allá también, ahorita iba en camino, así que si no te molesta te acompañaré.

—Encantado.—Ambos íbamos al hospital.

Desde hace un mes exactamente Reiko había caído en coma, lady Tsunade realizó múltiples acciones pero nada lograba hacerla despertar. El único motivo por el cual seguía respirando y agradecía, era que en el mismo momento que ella entro a quirófano, Minato-san y Kushina-san irrumpieron el lugar y realizaron múltiples jutsu de sello en su cuerpo.

Todos los días sin falta he estado visitándola, muchas veces me quedé a dormir en su cuarto de hospital, tenía la esperanza de que despertara y poder presenciar el momento, pero no fue así. Itachi, Obito-senpai y muchas personas más me dijeron múltiples veces que me fuera a descansar, pero me negaba.

Las misiones que normalmente tardarían dos días o más, yo me encargaba de realizarlas en veinticuatro horas, todo era por estar con ella. Esta vez no podía dejarla sola, ahora estaría siempre a su lado para protegerla y amarla.

—¡Shisui, mira!— Naruto señaló a un punto en la puerta del hospital.

Ahí estaba ella, caminando a paso lento, tratando de salir. Varias enfermeras y doctores intentaban convencerla de volver, pero ella mantenía a todos alejados amenazándolos con un bisturí.

—¡Reiko!—Grité llamando su atención, le di el ramo de flores a Naruto y me aproximé a ella.

Estiró su mano tratando de alcanzarme, iba a caer. Sin dudarlo dos veces aparecí frente a ella tomándola de la cintura, sus brazos rodearon mi cuello, le quité el bisturí y se lo entregué a una de las personas cerca.

—Shisui...—Estaba muy débil.—Quiero salir de aquí.

—Tranquila, amor.—la cargué.—Te llevaré de nuevo a tu habitación.

—Necesitamos sedarla.—Una de las enfermeras se acercó con una jeringa en mano, Reiko al escuchara se tensó.

—No es necesario.—retrocedí.—Yo me haré responsable de ella.

—Todos pueden retirarse.—Lady Tsunade venía estaba con los padres de naruto y el equipo Minato.

Cuando me miraron asintieron indicándome que podía llevarla de vuelta a su habitación.

—Naruto, trae sus flores.—la miré a los ojos, pero ella se notaba apagada.—Sé que te gustarán.

Recargó su cabeza en mi pecho, mientras con su mano apretaba mi ropa. Escalé las paredes por fuera usando chakra para llegar más rápido.

Entrando a la habitación la dejé en la cama y cubrí sus piernas, también me encargué de acomodar la almohada en su espalda para que pudiera recargarse.

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