Parte II Entre el hierro y la plata

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I

Will Graham estaba en el porche trasero, sentado en una silla de madera mirando al horizonte en ese punto perdido de los bosques canadienses. La última luz del día ya se alejaba en medio de resplandores rosados y áureos, el aire olía a tierra y frío y por un momento, sólo por un momento, creyó ver al ciervo negro mirándolo entre los árboles; parpadeó y al segundo siguiente ya no había nada. Hasta le hubiera parecido consolador tener una alucinación en medio del silencio que lo rodeaba. Tiritó bajo la chaqueta y se rodeó con los brazos para darse calor, cualquier cosa para dilatar el momento en que debería entrar a la cabaña. Pensaba en Molly y en Walter como un sueño que había dejado atrás, un sueño agradable pero falso, con el peligro acechando debajo de su doméstica luminosidad. ¿Amaba a Molly?, ¿la amó alguna vez? Había algo sin duda, afecto, cariño, necesidad, pero no amor. Will suspiró, al fin había tenido el valor de reconocerlo y con ello reafirmó el que estaba bien que se hubiera alejado de ellos.

El frío se acentuó y Will se vio obligado a levantarse de la silla y entrar a la cabaña. Adentro, todo estaba oscuro, así que se dio a la tarea de encender la chimenea. Cuando ya el hogar crepitaba y pintaba el suelo y las paredes de naranja, las luces de un auto horadaron las ventanas paseando de derecha a izquierda aunadas al sonido inconfundible del chirriar de llantas, enseguida escuchó un par de portazos y una voz femenina que hablaba demasiado bajo para poder entenderle. Will se irguió como un resorte, había estado de cuclillas, mirando el fuego, en espera de Chiyoh. Si todo había salido bien, Hannibal acababa de llegar con ella. La perilla empezó a moverse y la puerta se abrió un poco, Will tragó saliva, sus enormes ojos azules miraban expectantes.

Chiyoh pasó primero y luego apareció Hannibal, con el brazo derecho aún cubierto por fibra de vidrio y apoyándose sobre un par de muletas, se quejaba bajo mientras daba un paso y otro. Will corrió a ayudarles. -Venga, vamos, apóyate en mí -dijo evitando a propósito la mirada que le dedicó Hannibal, pero consciente de ella -así, eso es, sujétate bien.

Cuando Hannibal se sentó en una de las sillas soltó un suspiro y sonrió enseñando los dientes que a Will siempre le parecieron los de un animal carnívoro, -gracias Will --murmuró con su acento exótico, mirándolo a los ojos, su iris parecía resplandecer con la luz del fuego. Will se estremeció incómodo y apartó su mirada de Hannibal y la dirigió a Chiyoh. Ella sonreía, al parecer muy bien enterada de lo que Will sentía en ese momento. -Debo irme ahora. Vendré mañana por la mañana a traerles más víveres -anunció y se marchó después de recibir un gracias departe de Hannibal.

-No es el lugar más acogedor -dijo Will, sólo por decir algo -estarás cansado, supongo. No hay mucho qué comer, sólo sopa de pollo en lata y galletas cracker -se mesó el cabello antes de sonreír y mirar a Hannibal de manera nerviosa. La sonrisa del psiquiatra se ensanchó aún más. -¿Te sientes culpable, Will?

-¿Qué quieres que te diga?

Will cogió una de las sillas y la puso frente a la de Hannibal, en una burda imitación a la posición que ocuparon dentro del consultorio del doctor. Will se relamió los labios, odiando desde ya la sonrisa que no se borraba de los labios de Hannibal, pero más aún el brillo en sus ojos y la forma en que lo miraba. -Sólo te pregunto si te sientes culpable. No tendrías por qué sentir culpa, no tú.

Will dio un suspiro. -Yo... aún, aún no creo estar a tu nivel, así que no puedo evitar sentirme culpable.

-Te sientes culpable ¿por tratar de matarnos?

Will negó con la cabeza sin desviar sus ojos claros de los de Hannibal, hizo una mueca, casi de dolor, ante lo que iba a decir. -No por eso exactamente, es más bien por haber sobrevivido.

-¿Crees que no deberíamos existir?

-Creo que sería mejor para el mundo que hubiéramos desaparecido en el mar. Incluso en el hospital, tenía la esperanza de que no lo lográramos. Pero al mismo tiempo -ahora Will bajó la mirada -verte así... verte vulnerable fue, es -se corrigió de inmediato -intolerable.

Mano MeiléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora