Capítulo 12

633 62 12
                                    

Es posible que cada cual tenga generada su idea de como es tener una relación amorosa estable. Los adolescentes de mi edad por ejemplo, creen conocer el ''amor verdadero'' cuando solo es un conjunto de promiscuidad, hormonas, saliva y peluches de ositos.

Yo no digo que sea una persona madura y que conozca el amor. Yo mejor que nadie, desconozco totalmente el amor. Es algo que a simple vista me repugna, pero que me gustaría experimentar. Aunque  conociéndome como me conozco, creo que encontrar a otra persona que quiera experimentárlo conmigo es difícil.

Y a todo esto he llegado gracias a la horrible imagen de una pareja autodevorándose el uno al otro.

Daba asco. Mucho asco. Y no, no lo digo porque sea una amargada... Que también, lo digo porque tengo razón. No es nada agradable observar eso. Uno es libre de ir a comprarse un refresco sin ser atacado por esta espeluznante imagen.

-Deja de mirarlos antes de que te pongan una orden de alejamiento.-dijo la voz de mi odioso amigo.

-Tú no los ves como yo los veo. Tú eres como un mandril en su jaula y tus hormonas mandan en ti. Yo pienso con la cabeza Q.

-Amargada.

-Lameculos.

-Para mujer, para. Sabes, creo que necesitarías de vez en cuando la compañía de féminas. Te estás volviendo un ser asexual muy repelente.

-No me gustan las personas. Y tranquilo, tú no entras dentro de la clasificación de ''persona''.

Quentin no dijo nada más. Los dos teníamos un humor de perros y prácticamente hablar nos molestaba. Pasamos la tarde mirando escaparates de tiendas e insultando a los vendedores por poner precios tan altos.

-De acuerdo, me parece muy bien que las librerías vendan biografías de Buddy Holly o Napoleón, pero Orgullo y prejuicio es demasiado estúpido para su venta.

-No es estúpido, es demasiado cursi para la mente masculina.

-Me siento ofendido.- comentó mirando su refresco- Eso es falso. Me indigno, y con razón.

Me encogí de hombros y le miré.

-Los hombres dais a entender que sois bobos e insensibles.

-Las mujeres sois sentimentales e inestables.

-Ya estamos en paz. Hemos generalizado a la vez que insultábamos a alguien, ¿contento?

Quentin me miró y se encogió de hombros. Aquello ya era un gesto muy normal en nosotros, como respirar. Algo involuntario.

-Hellen, quieres dejar de mirar a la nada. Me dan pánico los silencios tan incómodos que estamos teniendo- Se quejó el castaño parando en seco.

-No me resultan incómodos. Estoy bien, muy bien. Estoy OK.- Dije subiendo mis pulgares- Pero no sé que demonios hago viendo escaparates contigo.

-Podríamos ir al super para comprar unos refrescos. Pero dudo que nuestras vejigas nos lo agradezcan. Lamento comunicar que mi vejiga deja mucho que deserar. ¿Cumple su función? Sí, pero mal. En fin, estoy destinado a tener incontinencia o algo así... No sé, no soy un jodido médico.

-Me he dado cuenta. Y mi vejiga también es una inútil, tranquilidad Q. Podremos comprarnos los pañales juntos y QUIZÁS y solo QUIZÁS... Nos hagan un descuento.

-Descuentos para meones.

-Descuentos para adolescentes meones. Un 50% de descuento estaría bien.

Ambos nos miramos y soltamos una gran carcajada. Sí, los dos estabamos jodidos hasta el cuello, pero nuestra idiotez superaba las fronteras de lo real.

Don't Bother MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora