Fregar los pisos blancos del laboratorio era algo cansado parecía que nunca acabaría ya que el piso al ser de azulejo se manchaba bastante fácil.
Mientras trapeaba recordó los bonitos ojos rojos del cenizo, se preguntaba si él pensaba en verlo todo el tiempo.
No podía dejar de pensar en él, cada que dormía se preguntaba si estaba bien, si tendría hambre, se preguntaba si el cenizo lo extrañaría si un día dejase de ir a verlo.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que cuando Midoriya, uno de los científicos encargados de crear medicamentos para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, se acercó al pelirrojo no lo notó hasta que lo tuvo a su lado y le habló.
—Se lo que estas haciendo.
Eijirō trago grueso.
—¿D-De que habla?
Estaba entrando en pánico, ¿Lo sabía de verdad? ¿Qué pasaría con Blasty si se enteraban los demás? ¿Qué pasaría con él? ¿¡Iban a matarlo!?
¡Era muy joven para morir!
—¡Estas tratando de conseguir algo mejor para hacer y ganar puntos! Se que fregar los pisos no es algo que querrías hacer en tu servicio pero no te desesperes. —Contestó el peli verde. —Puedes ser mi asistente si lo deseas. —Ofreció sonriente.
—G-Gracias, sería un honor.
El mayor le sonrió. —Sigue trabajando duro, Kirishima.
—¡L-Lo haré! Tenga un buen día señor Midoriya.
—¡Igual para ti Kirishima!
Eijirō suspiró de alivio cuando el peli verde se fue, había pensado que de verdad sabía que estaba entrando a la habitación 565 sin autorización.
¡Había estado a punto de confesar todo!
Debería aprender a lidiar con la culpa de hacer algo que no debería.
Ni siquiera sabia el porqué seguía visitando al cenizo sabiendo que estaba prohibido entrar sin autorización.
Podía imaginar a Mina golpeando su cabeza diciendo «¡Tú eres un tonto enamorado, date cuenta!»
Pero aún no quería aceptarlo.
.
.
.
Kirishima dejó la vasija a un lado y procedió a retirar el bozal del rubio como ya era rutina cada que tenía su descanso. Se sentaron el uno junto al otro disfrutando en secreto de la cercanía del contrario.
Blasty, como Eijirō le había puesto de apodo al cenizo, masticaba la carne en silencio mientras escuchaba las historias bobas del pelirrojo.
—¿Cómo es que tu amigo pensó que el huevo volaría si le pintaba dos alas?
—¡Tenía mucha confianza! Además teníamos 5 años, a esa edad creíamos muchas cosas
El cenizo negó eran unos idiotas, pero debía admitirlo era gracioso, no había mucho que hacer en ese lugar y escuchar al pelirrojo hablar sobre tonterías le hacía olvidar por unos momentos que estaba preso en ese lugar horrible y ni cómo escapar.
Los guardias eran aún peores que los científicos, la última vez que alguien había intentado escapar lo habían atravesado con una bala.
La pobre mitad pez de la cara redonda había sido la primera y última en intentar escapar, después de eso el mitad-mitad, el francés y el mismo cenizo abandonaron la idea de que algún día serían libres.
Para el cenizo el que Kirishima pudiera entrar a su habitación era bastante raro, ¿Cómo es que los guardias no lo habían descubierto todavía?
Decidió preguntarle.
—¿Cómo es que logras entrar aquí cada que quieres?
Kirishima se sorprendió un poco por la pregunta.
—Mi amigo Sero es el encargado de las cámaras de seguridad, el me dijo de los puntos ciegos de las cámaras cercanas a esta habitación. —Respondió sonriendo.
El cenizo le sonrió también pensando en que tal vez podría usar a esos chicos para escapar de allí.
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Hermosa Bestia【Bakushima】CANCELADA
Bilim KurguKirishima Eijirō es un joven de 19 años que esta haciendo su servicio en un laboratorio donde experimentan con el ADN de los animales, lo que no sabe es que en ese lugar también experimentan con humanos. -Puede que se vea humano, pero no lo es. Nunc...