Cuando Kirishima comenzó su servicio social nunca pensó que terminaría siendo rodeado por un montón de militares mientras él inútilmente protegía a la persona de la que estaba enamorado.
Ni tampoco pensó que terminaría con una bala en su pecho.
Pero creó que se esta adelantando un poco, vayamos al momento mucho antes de que todos este drama comenzará.
Para empezar, todo comenzó cuando en la universidad le pidieron realizar su servicio durante un año. Claro que Kirishima ya había sido apartado por uno de los laboratorios de genética más importantes del mundo, el era uno de los pocos que tenia calificaciones decentes, le encantaba todo lo referente a genética y biotecnología.
Así que aceptó gustoso hacer su servicio.
Cuando entró al laboratorio este era aún más grande de lo que había imaginado. Varios científicos y doctores iban de un lado a otro con papeles y otras veces con cajas que tenían animales dentro.
Aunque pensó que podría ayudar con algún proyecto término fregando pisos y limpiando las jaulas de los animales.
En pocas palabras término siendo el conserje. No se quejaba, a su amigo Denki lo habían puesto de lavandero, eso era mucho peor que fregar pisos, el rubio eléctrico tenia que lavar a mano todas las batas blancas ya que eran muy delicadas.
Cuando le asignaron su carrito de limpieza le advirtieron que no debía acercarse mucho a la bestia de la habitación 565, ya que era muy peligroso.
Cuando entró había pensado que aquella "bestia" tendría unos cuernos largos de color negro junto con unos filosos dientes y ojos inyectados en sangre, que estaría atado por muchas cadenas ligadas a sus cuatro patas y que era un animal tan peligroso como un león hambriento o una enorme piraña.
En cambio se encontró con un joven unos años mayor que él, su cabello era rubio cenizo, sus ojos eran rojos y aunque tenia un bozal y unas enormes y pesadas cadenas sujetándolo Kirishima pensó que aquel ser era humano y no una bestia como le habían dicho.
Trató de acercarse pero antes de poder retirarle en bozal uno de los doctores lo sujetó fuertemente de la muñeca y lo llevó lejos del chico rubio.
—Puede que se vea humano, pero no lo es. Nunca pienses en liberarlo. —Le dijo.
Kirishima asintió rápidamente con los ojos llorosos, el agarre del hombre estaba lastimándolo.
Cuando el hombre lo soltó Kirishima salió de la habitación empujando su carrito de limpieza con su mano sana y tan rápido como pudo fue a la enfermería para pedirle a Mina que le curara, estaba seguro de que aquel sujeto le había torcido la muñeca.
Después de que Mina le ayudara con su muñeca herida decidió ir con Sero.
Sero –uno de su amigos– era el encargado de vigilar las cámaras de seguridad, el azabache amablemente le había dicho los puntos ciegos de cada una de las cámaras cercanas a la habitación 565.
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Días después se encontró a si mismo frente a la habitación 565 con su carrito de limpieza y su muñeca ahora menos a dolorida. Abrió la puerta con cuidado y entró en silencio, cerró la puerta detrás de si y sacó de uno de los cajones de su carrito una vasija con Sándwiches, no estaba seguro de si al rubio le gustarían pero no perdía nada con intentar.
A menos de que le arrancara la mano de una mordida, pero no quería ser pesimista.
El rubio cenizo lo miro y Kirishima trago duro, debía admitir que la mirada del chico le intimidaba un poco, pero como el era muy varonil se armó de valor y se acerco al rubio lentamente, cuidando de no hacer ningún movimiento brusco le quitó el bozal.
—¿Tienes hambre? —Le preguntó, teniendo la esperanza de que le contestará, pero en lugar de obtener una respuesta entendible obtuvo un gruñido.
El pelirrojo hizo un puchero, de verdad quería escuchar hablar al chico.
—¿No puedes hablar? —Cuestionó tomando uno de los Sándwiches para dárselo de comer al rubio. —De verdad pensé que sabias hablar.
El rubio cenizo lo miro intensamente, como si estuviera intentando escudriñar en lo mas recóndito de su alma, Kirishima se río de lo gracioso que había sonado la palabra "recóndito" en su mente.
—Tú o eres un loco o estas idiota. —Dijo el rubio sorprendiendo al pelirrojo.
—¿¡Entonces si puedes hablar!? —Kirishima sonrió.
—Creó que eres ambos, —Dijo el rubio— ahora alimentame que me muero de hambre.
—¡Sí!
Kirishima se la pasó todo su tiempo de descanso alimentando al rubio y cuando sonó la campana que anunciaba el final de su descanso volvió a colocar el bozal al rubio –Quien había maldecido el hecho de volver a tener esa cosa puesta
– y salió con cuidado de que nadie lo viera, para volver a fregar los pisos.
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Hermosa Bestia【Bakushima】CANCELADA
Science FictionKirishima Eijirō es un joven de 19 años que esta haciendo su servicio en un laboratorio donde experimentan con el ADN de los animales, lo que no sabe es que en ese lugar también experimentan con humanos. -Puede que se vea humano, pero no lo es. Nunc...