Harry esperó por al menos veinte minutos, sintiéndose irritado. No podía creer la ineficacia de aquella institución, si podía llamarse así.
Cuando estaba apunto de ir y joder todo, apareció desde una puerta. Venía acompañado de una mujer bastante joven, supuso que trabajaba allí.
El niño caminaba animadamente, conversando con la chica, que le sonreía y respondía a sus palabras. Traía su chupón en la boca y podía notarse una bella sonrisa en su angelical rostro. Llevaba una pequeña mochila en su espalda y un peluche de gorila bastante feo, en opinión de Harry. Vestía unos pantaloncillos azul marino y una camiseta blanca con un conejito en el centro.
El niño no se percató de la presencia del mayor hasta que la mujer llevó su mirada al frente, hacia Harry. Louis automáticamente borró la sonrisa con la que venía segundos atrás. Se sintió muy pequeño frente a él, tenía que levantar un poco su rostro para poder enfocarlo bien dentro de su campo de visión. Se sintió aterrado.
Aquel hombre era aterrador.
A través del vidrió no lo sintió así.
"Señor Styles, le presento a Louis." La mujer habló con una sonrisa en sus labios, se agachó a la altura del pequeño y acarició su mejilla izquierda. "Louis, saluda al Sr. Styles, él será tu nuevo papi."
El pequeño sentía sus mejillas tan rosas, que explotarían en cualquier momento.
"Ho-Hola." Musitó apenas, es más, ni siquiera lo miró al saludarlo. Él solo pudo mirar sus pequeños pies, pero pudo sentir la mirada del hombre sobre él. Lo único que atinó a hacer fue soltar la mano de la chica y abrazar con fuerza a Kenai, su peluche para que lo protegiera, como siempre.
"Bueno, espero que se lleven bien, tengo que retirarme. Que tenga un buen día, Señor. Hasta pronto, pequeño." La chica sonrió y se marchó.
Harry mantuvo su mirada en el chico todo el tiempo, serio.
"Vamos, niño." Fue lo único que Harry dijo antes de comenzar a caminar hacia la salida del recinto, siendo seguido por un par de pies que, prácticamente, corrían detrás de él para poder abarcar la distancia de cada paso de aquel hombre de piernas largas.
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El viaje a la casa de Harry fue silencioso y bastante incómodo para el pequeño de ojos azules, que se sentó en el medio del asiento trasero del bonito auto, sin moverse ni siquiera un poco, ya que no quería arruinar ni ensuciar nada.
Al llegar, Harry descendió del auto y, bueno, Louis tuvo que casi saltar de él, ya que era muy alto para él y aquel hombre no lo ayudaba en nada. Entraron a la gran casa y Harry dejó su chaqueta y zapatos al costado de la puerta, caminó hasta la sala con el pequeño Louis detrás de él, como siempre desde que se conocieron. Hace media hora.
"Escucha, niño..." Harry tomó asiento en su largo sofá, mientras que Louis solo se quedó de pie cerca de él. "Soy Harry, ¿si? Vivirás conmigo un largo tiempo, así que tenemos que llevarnos bien." Suspiró. "Hay algunas reglas aquí y quiero que las sigas siempre, para no tener problemas entre nosotros, ¿okay?" El pequeño solo miró sus pies y asintió. "Quiero que me mires a los ojos cuando te hablo." Ordenó. Louis de inmediatamente dirijo su mirada al mayor, no queriendo cometer ningún error.
"Lo si-siento." murmuró.
"Sí, como sea." Acomodó su cabello hacia atrás con su mano izquierda. "Nunca toques mis cosas, es algo que odio, tampoco entres a mi despacho o habitación sin tocar la puerta ni menos te metas en mis asuntos. Esta prohibido manchar cualquier superficie de esta casa, así que si vas a comer o beber algo, o a dibujar, o cualquier cosa que hagan los niños de tu edad, que sea sobre algún lugar donde esté permitido ¿queda claro? Habrán consecuencias y no te gustarán."
Louis asintió efusivamente, mirándolo con ojitos muy grandes.
"No quiero gritos, llantos o berrinches. Cada orden que te de debe ser seguida inmediatamente y sin chistar. Yo estoy a cargo aquí, espero que eso esté claro, no quiero tener que repetirlo"
"Sí, se-señor."
"Oh, sobre eso..." Harry suspiró, intentando buscar las palabras correctas. "Llámame papi." Miró seriamente al niño. "Quizás es un poco pronto, así que tómate tu tiempo para acostumbrarte y hazlo cuando te sientas cómodo, pero tarde o temprano tendrás que hacerlo, niño."
"Está bien." Dijo y apretó a Kenai debajo de su barbilla fuertemente. Se sentía muy abrumado y tenía ganas de una siesta.
"¿Qué es esa cosa que tienes entre los brazos?" Preguntó despectivamente.
"Es mi a-amiguito, se llama Kenai. Es un gorila." Louis sonrió levemente y escondió su rostro en el peluche.
"Es feo." Soltó. Louis lo miró rápidamente con el ceño fruncido.
"No-oh, no es feo." Hizo un leve puchero. Harry pensó que era lindo, el niño obviamente, no aquel muñeco. Rodó los ojos.
"Como sea, te compraré uno nuevo para que tires ese a la basura." Se encogió de hombros.
"N-no voy a dejar a mi amiguito." Dijo sintiéndose bastante indignado, sentía su pecho apretado de rabia y muchas ganas de llorar. Es que, para Louis su peluche era muy importante, era su único amigo. Era una falta de respeto para él.
"Lo terminarás dejando de todas formas." Louis lo ignoró. Harry se puso de pie. "Sígueme, te daré un tour por la casa y después te llevaré a tu habitación." Comenzó a caminar hacia la cocina. Al llegar, abrió la puerta para que el pequeño pasara primero. "Esta es la cocina, generalmente está Alice, que es la señora que limpia la casa y prepara la comida, pero ya terminó su horario de trabajo, por lo que se fue a su hogar. Mañana vendrá." Louis lo escuchaba atentamente. "Por cierto, no puedes comer cualquier cosa que encuentres, así que si tienes hambre, pregunta primero qué puedes comer. Le entregaré la lista con tus comidas a la Alice, apara que cocine según tú dieta." Louis asintió. "Si quieres dibujar, puedes hacerlo sobre la isla de la cocina."
Y así, Harry fue mostrándole cada rincón de la casa, indicándole donde puede y no puede entrar o hacer cosas. Era mucho para la cabecita de Louis, pero hacía su mejor trabajo para poder retener toda la información.
"Y por último, esta es tu habitación..." Abrió la puerta, revelando una insípida habitación de color blanco, todo era blanco. Los muebles, la cama, paredes, todo. Eso abrumaba a Louis, ya que siempre era un desastre en todo y ensuciaba todo sin querer hacerlo. Era mucha presión y no quería ser castigado. "Con el tiempo iremos agregando cosas a tu gusto, pero por el momento, esta es."
"Muchas gracias, s-señor." Louis ingresó a la habitación y dejó su mochila en la cama, abriéndola para sacar su chupón y mantita. Siempre que se sentía abrumado, los usaba.
"Bueno, te dejaré un rato para que te pongas cómodo. Si necesitas algo, solo llámame, ya sabes donde está mi habitación y mi despacho." Louis lo miró, sorbiendo su chupón con fuerza, ya teniendo sus ojitos entrecerrados por el sueño. Asintió y Harry salió del lugar cerrando la puerta detrás de sí, suspirando pesadamente.
Louis se quitó los zapatos y se recostó en la cama, tapándose con su mantita. La cama era cómoda, pero tenía miedo de caerse porque nunca había dormido en una cama o cuna que no tuviese barreras, así que tomó una de las almohadas grandes que tenía y la puso en su costado, para no rodear y caerse. No era necesario en el otro lado, ya que la cama estaba pegada a la pared. Luego de un rato se durmió profundamente, con Kenai entre sus brazos.
Por parte de Harry, se dirigió a su habitación a tomar una ducha para poder quitarse esa pesadez que sentía sobre sus hombros. Además, después tendría que ir a la cocina a preparar la cena para el niño.
Definitivamente le costaría acostumbrarse a todo esto otra vez. Ya comenzaba a arrepentirse.
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Bueno, segundo cap.
Cambié la forma de narrar de la historia, sentí que esta era mejor.
La cambiaré varias veces hasta que encuentre una con la que me sienta cómoda al escribir, pero creo que esta es.
Espero que les haya gustado.
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Cualquier error, haganmelo saber xfi.
Besos.
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Sweet baby, ls.
FanfictionSolo un papi que ama a su bebé con el alma. H26. L18. Actualizaciones lentas, lentísimas. Espero lo disfruten. Mención de violencia, abuso y sexo. Si no te agradan este tipo de historias, por favor sigue tu camino. tpwk No se aceptan traducciones ni...