Capítulo 19

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15 años, 7 meses antes 

~~

KONGPOB

¿Qué demonios estaba pasando?

Pero, sobre todo: ¿Cómo lo detenía?

Arthit avanzaba tan rápido que toda seguridad abandonó su cuerpo. Y esa superioridad temporal de ser el mayor, el chico maduro, se esfumó como vapor de su cuerpo.

Kongpob había cerrado los ojos, dejando los labios flojos a los mordiscos y chupadas constantes de Arthit sobre ellos. Pero no tuvo previsto el movimiento siguiente.

Cuando Arthit se incorporó para sentarse en su regazo, Kongpob fue inconsciente de su propio instinto por sujetarlo de las caderas y sostenerlo justo ahí donde la presión era terriblemente deliciosa. Una acción que alentó a Arthit a despegar sus manos de su quijada y comenzar a recorrer su cuerpo, paseando sus palmas por todo el largo de su espalda. Primero sobre la camisa, después, dentro de ella.

Era como un niño curioso. Tentado a seguir más adelante, y cuando Kongpob no opuso resistencia, Arthit sólo quiso avanzar, y avanzar.

Hasta que uno de los movimientos de Arthit fue apretar las piernas sobre la cadera de Kongpob, aplastando su pene contra su vientre, y haciendo más presión en el suyo. Un peso que fue bien recibido, y una sensación que desgraciadamente disfrutó.

Pero tan pronto como un gemido escapó de la garganta de Arthit, Kongpob abrió los ojos, viendo la escena frente a él con horror.

Arthit lucia perfecto. Sudado, caliente y realmente excitado. Labios rojos, mejillas coloradas, y ojos perdidos por la lujuria. Y aquello era algo que Kongpob no se suponía que debía alguna vez llegar ver. Aquella era una situación en la que él no debería estar.

Presa del pánico Kongpob giró la cabeza a un lado, cerrando los ojos y negándose a ver esa expresión en el rostro de Arthit. Soltando tan rápido sus caderas como si estas le quemaran la piel, y sosteniendo los hombros de Arthit como única forma de detenerlo.

Kongpob trató de concentrase y ponerle fin a la lucha en su cabeza entre el deseo, y la razón. 

Una voz en su mente le gritaba que huyera. Otra más lejana sonando en el fondo de su cabeza, una voz que había estado escondida y reprimida, y que ansiaba tomar fuerza, llena de curiosidad, de impertinencia, le incitaba a dejarse llevar.

~~

ARTHIT

Kongpob se alejó, o lo alejó. Como fuera que sucediera, sus labios ya no estaban besándose, y el vacío comenzaba a hacer mella en su pecho. Acababa de pasar de sentirse en el cielo, para estar cayendo en picada hacia un pilar de piedras.

Arthit cerró la boca, tratando también de nivelar su respiración agitada. Y reuniendo como pudo todas sus fuerzas para no salir huyendo humillado bajo la mirada asustada de Kongpob.

—Yo...yo...

No podía. No sabía cómo hablar, cómo excusarse después de haber hecho algo así. Tan... ¿Sucio?

Arthit se maldijo mil veces en segundos. Mordió sus labios y reprimió como pudo las terribles ganas de echarse a llorar que amenazaron con tumbarlo.

Lloraría, por supuesto, pero no ahí, no frente a Kongpob. Primero tenía que lograr levantarse, y salir huyendo de ahí.

Adiós a su recién promesa.

Adiós a su amistad.

Adiós a Kongpob.

Lo había arruinado todo. Todo en segundos.

Podría ser más confusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora