3. Juego

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                  3.

Me mantengo inmóvil ante sus palabras, demasiado petrificada por el miedo y la angustia de tenerlo cada vez más cerca. Mi cuerpo comienza a temblar, siento sus ojos cada vez más enfocados en mí. Me animo a abrir mis ojos, y veo su mentón, trago saliva al ver sus labios carnosos y que me llaman para tocarlos. Aparto mi vista rápidamente.

— Tiemblas demasiado pronto, Bliss. —me susurra con voz suave y engañosa.

Vuelvo mi mirada de incredulidad hacia él, ahogo un pequeño grito al ver que no cambia esa expresión de serenidad en su rostro y aprieto mis labios, lo observo cautelosa. Sujeta mis hombros con ambas manos y me da vuelta, mi mejilla derecha toca la puerta de mi departamento. No puedo reaccionar de este estúpido shock que no me deja huir de él.

— Una falta de consideración es una de las cosas que más odio. — murmura detrás de mí, siento su respiración en mi nuca. — Y más cuando estoy proponiendo algo tan... serio como lo que decía.

Noto que él agarra mis manos y las pone a cada lado de mi cabeza, mantiene las suyas encimas de éstas unos segundos antes de retirarlas.

— No te muevas. —dice con firmeza, aun siento el calor emanar de su cuerpo.

Escucho sus pasos alejarse, y el rechinido que hace mi cama cuando alguien se acuesta en ella. Trago saliva, recordando distraídamente que debo mantenerme quieta.

— ¿Cuántos años tienes? — lo escucho decir en la lejanía.

— V-Veinticuatro. — digo con voz temblorosa. — ¿Vas a robarme?

— No tengo necesidad de hacer eso. —su tono sereno me confunde.

— ¿V-Violarme? —un nudo se forma en mi garganta.

Damon ríe socarrón, pero no responde.

— Date vuelta. —ordena, me vuelvo hacia él, y me observa sentado en la punta de mi cama. — Desvístete.

Mi corazón se dispara, y mi respiración se agita, mi cuerpo se ha petrificado totalmente. Sus ojos me miran en silencio, pero veo cierta ferocidad e impaciencia en ellos.

— No lo repetiré por segunda vez. —declara, mi boca se entreabre. — No voy a tocarte, lo juro.

Esto es una locura. ¿Por qué pretende que me desnudaré enfrente de él tan fácilmente? ¿Y por qué mierda siento la imperiosa necesidad de hacerlo? Necesito pensar con claridad.

— ¿Por qué haces esto? —mi voz sale quebradiza.

— Porque lo deseo. —dice simplemente. — Y tú también.

Niego temerosa e insegura. Se levanta con la mandíbula apretada y se planta enfrente de mí, sólo con centímetros separándonos. Me mira serio.

— Niégalo en voz alta. — dice frio. — Hazlo y me iré.

Su cercanía hace de sedante nuevamente. Me mira suficiente y con una mirada divertida, como si supiese que no puedo hablar. Mi labio empieza a temblar, puedo sentir mis ojos llenarse de lágrimas. Vuelve al lugar de antes al ver que no consigo decir nada.

Sus ojos brillan con anticipación y emoción contenida. Deslizo la gabardina por mis hombros, mis manos no paran de temblar, el nudo de mi garganta no desaparece, pero siento mi zona intima humedecerse más. Me siento sucia.

Me saco mis zapatos, tirándolos a un costado. Damon mira mis movimientos, atento, su mirada ha cambiado. Tomo el borde de mi vestido, y me encuentro sintiéndome impaciente para mi sorpresa. Lo miro y me dedica una sonrisa ladeada. Los escalofríos recorren mi cuerpo.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2020 ⏰

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