Capítulo 18

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Una noches después de hacer el amor llegó el momento tan temido por Alexia.

-Te gustaría ducharte conmigo.

-Me da miedo hacerlo, ya sabes que no quiero que veas mis marcas.

-Amor lo que siento por vos no va a cambiar por nada del mundo y menos por ver tus marcas, ya te lo he dicho muchas veces.

-Lo se y no sabes cuanto quiero hacerlo para demostrarte que tú eres la persona más importante en mi vida.

-No quiero obligarte, solo lo haremos si tú quieres y puedes.

-Sí, quiero olvidar todo lo que me hizo daño debo hacerlo, si no nunca seré feliz.

Christian

Vamos al baño, Alexia tiene puesto un camisón del color de sus ojos, yo solo llevo el pantalón del pijama. Se pone de espaldas y lentamente desliza los breteles del camisón que cae al piso. Me quedo atónito al ver que las marcas cubren toda su espalda, que desgraciado le pudo hacer algo así a alguien tan dulce como Alexia. Me acerco para darle tiernos besos en sus marcas.

Alexia

Ya está todo se acabo y no va a querer saber más nada de mí. Ciento un roce en mi espalda, sus labios besan una de mis marcas y luego sigue con otras, contengo la respiración porque es muy doloroso para mí. Las lágrimas comienzan a caer y tengo un nudo en la garganta por la angustia que siento. No puedo más y me alejo para acurrucarme en una de las esquinas del baño.

-No puedo seguir, por favor basta Christian.

Christian

Me parte el alma verla así, tan dolida por lo que le paso. Me arrodillo a su lado y la abrazo, la acuno con mucho cariño.

-No llores amor, deseo que te sientas bien y haré todo para lograrlo. Te amo Alexia.

Alexia

Levantó la cara y veo a los ojos de Christian, su mirada es de amor puro, no de lástima y rechazo por mí. Mis lágrimas dejan de caer y me siento más tranquila, sabiendo que no me rechaza a pesar de mi espalda.

-Nos duchamos y luego vamos a descansar.

-Estoy de acuerdo con lo primero, lo segundo lo hablamos después.

Observo a Christian abrir la ducha, me doy cuenta que por fin la vida a sido buena conmigo. El destino puso en mi camino un hombre dulce y tierno que quiere hacerme feliz. Esta vez le permito que termine de sacar lo que me queda de la ropa , de a poco voy perdiendo el miedo a que él toque mi espalda. Mientras se saca la ropa me meto bajo el agua y un momento después viene él.

-Ahora me voy a deleitar enjabonando tu hermoso cuerpo.

Christian

Tomo la esponja y le colocó jabón, comienzo por su cuello, pasó suavemente por su espalda para que no se sienta mal. Luego voy por los brazos y las piernas, cuando llegó a la unión de sus muslos dejó la esponja y pongo jabón en mi mano. Con cuidado limpio la zona moviendo mi mano de atrás para adelante. Trazo círculos con el pulgar sobre su clítoris hasta que la escucho gemir y me paro frente a ella.

-Ahora me gustaría que me pases el jabón a mí.

-Será un placer hacerlo.

Alexia

Hago lo mismo que hizo él, enjabono todo su cuerpo y dejó su pene para el final. Me pongo jabón en mis manos y lo rodeo con ellas. Tocarlo es una sensación nueva para mí. Sin pensar me arrodillo e introduzco en mi boca su pene, cubro mis dientes de manera instintiva con mis labios, entra y sale de mi boca, parece blando pero de a poco va cambiando. Sigo hasta que siento en mi garganta correr un líquido. Levantó la vista y veo su cara de satisfacción, al parecer hice algo bueno o eso supongo. Me toma por la axilas para quedar frente a él.

-Alexia me has dejado en una pieza con tu osadía. ¿Alguna vez habías hecho esto?

Christian

Me mira avergonzada y niega con la cabeza.

-En este momento quiero devolverle el favor señorita.

La cubro con un toallón y ella se coloca una toalla en la cabeza, yo también me cubro con un toallón. Salimos del baño y comienzo a secarle el cuerpo, lo hago suavemente sobre todo en su espalda. Ella también me seca el cuerpo, parecía que ambos nos estábamos acariciando. Aunque todavía tiene el pelo húmedo la acuesto en la cama. Beso sus dulces labios, bajo por su cuello hasta llegar a sus pechos, chupo los pezones haciendo que se endurezcan. Sigo por su vientre hasta encontrarme en la unión de sus muslos.

-Ahora voy a pagarle con la misma moneda señorita. Además usted es una dulce exquisitez.

Alexia

Me quedo mirándolo impactada por lo que acaba de decir. Separa mis piernas y más que ver siento su lengua sobre mi clítoris y luego introduce un dedo en mi vagina. Es implacable con sus movimientos y mi cuerpo se mueve al compás de los suyos. Mis piernas comienzan a temblar y llego al orgasmo.

-Todavía no he terminado con usted señorita.

Christian

Me pongo un condón, me coloco sobre ella, la beso y le hago el amor con mucha dulzura y ternura. Quiero que se de cuenta de lo agradecido que estoy de tenerla en mi vida y poder mostrarle que necesito tenerla en mi vida.

Esa noche cuando se durmieron en sus corazones latía la esperanza de un futuro mejor y lleno de felicidad. Todo eso no podía preveer lo que vendría a empañar su felicidad.

Tu y yo en la eternidad (extendida y mejorada)(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora