CAPÍTULO 10

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JIHOON

Jihoon se sintió como en el soplido de una hierba de diente de león, suave y frágil, y como si ante la menor exhalación fuera a explotar en mil pedazos. Apretó más la mano de Seungcheol, la única cosa en este mundo que lo mantenía unido.

Salieron del edificio y llegaron al primer autobús urbano que pasó por allí. Seungcheol pagó sus pasajes y llevó a Jihoon a la parte trasera de coche.

Hicieron varias paradas antes de que Seungcheol hablara. Hasta ese momento, él había sido como una pared sólida al lado de Jihoon, vibrando levemente como si él también estuviera a punto de explotar. —¿Estás herido en otro lado?

Jihoon había hecho un balance de su cuerpo después de que Melvin lo había dejado por la tarde días atrás. El moretón en su barbilla era sensible al tacto, y se había mordido el interior de su labio, bastante como para sangrar por un tiempo, pero esa herida ya estaba curada. Era el dolor psicológico que había sofocado a Jihoon como una manta de lana en un día cálido. Jihoon jadeó por su siguiente aliento, como si finalmente rompiera el agua después de tanto tiempo. —¿No?

—¿No lo sabes? —, preguntó Seungcheol mientras miraba a Jihoon.

—Sí, quiero decir, me lastimé el labio, pero eso está mejor ahora. Simplemente, estaba tan asustado. Pensé que era mi vida, y no me iba a salir de ella. Después, después de que Melvin se fuera esa primera noche lo llamé al día siguiente para suspender el compromiso, pero me atendió su asistente. Y luego recibí la llamada de mi padre tres minutos después diciéndome que no sabía lo que quería, por supuesto que me casaría con él. Discutimos pero de alguna manera al final, estuve de acuerdo con él. ¿Por qué soy tan débil?

—No eres débil, Jihoon—, dijo Seungcheol enfáticamente. —Confiaste en la gente que se suponía que debía cuidarte. No hay nada de malo en eso.

Jihoon inhaló. —Me siento tan pequeño alrededor de ellos. No entero, como en pedazos. ¿Cómo se recuperan los pedazos?—Pensó que sonaba un poco egoísta, pero en verdad, necesitaba sacarlo de su pecho. Envolvió sus brazos alrededor del costado de Seungcheol, abrazándolo torpemente mientras ambos se sentaban en la fila trasera del autobús. —Gracias—, susurró al lado de Seungcheol, cerrando los ojos con fuerza.

Viajaron así durante algunas paradas antes de que Seungcheol aclarase su garganta. —Entonces, ¿rompiste con él?

—Lo hice. No es que alguien haya escuchado. Pero, dejé el anillo, ¿ves? —Jihoon intentó moverse para mostrarle a Seungcheol su mano izquierda desnuda, pero Seungcheol la sostuvo suavemente en su lugar. Jihoon podría haberse alejado si quisiera. Él no lo hizo.

—Me gusta mucho este sentimiento, mucho —explicó Seungcheol. —Me calma. Lo siento si el golpear a tu padre te lastimó.

—No disfruté de verlo sufrir, pero entendí tu razonamiento. Lamento que hayas perdido tu trabajo—, dijo Jihoon, y luego le asaltó la peor idea, que todo esto era simplemente porque Seungcheol era un alfa protector y fue demasiado lejos para ayudar a un omega necesitado.

Seungcheol cambió de posición. —Tal vez me gustaría ver ese anillo perdido—, dijo, y mientras lo hacía, movió a Jihoon justo cuando Jihoon comenzaba a sentir un insistente toque en su costado.

Miró el regazo de Seungcheol y se mordió el labio. —Oh Dios—, dijo con una risita. Jihoon nunca había sido tan feliz de ver una erección. Eso al menos significaba que Seungcheol tenía sentimientos por él. Excepto que su propio cuerpo comenzaba a responder a la excitación de Seungcheol. Su respiración se hizo pesada, y sus músculos se relajaron, preparándose para ser invadido, reclamado. Seungcheol lo miró e hizo un ruido profundo y necesitado.

EODSS - JICHEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora