- ¡No puedes decirlo en serio, V!
- Es la única opción Butch.
Los dos estaban en el Pit después de haber quedado con el Rey en que Butch no pisaría el Iron Mask. Al menos por el momento.
- ¿Y si no puedes con ella? ¿Y si la cagas como hice yo?
- No lo hare.
- ¿Cómo lo sabes?
- Seré un buen sumiso. Suplicare que me domine, que me castigue. Si realmente es una Dom, no se podrá resistir. Además, igual ni aparece por allí.
- ¿Por qué tú?
- Por que a ti ya te conoce.
- Que vaya Rhage. O Tohr. ¡O cualquiera de los otros hermanos!
Vishous sonrió.
- Solo puedo ir yo, porque solo yo entiendo el mundo BDSM. Sé lo que busca. Además Kihara ha encontrado cosas en los diarios y se exactamente como atraerla.
- No me gusta.
- No tiene por qué gustarte. Somos Hermanos. Ella es una posible amenaza para nuestra raza. Hay que detenerla y yo sé cómo hacerlo.
- ¿Y que se supone que tengo que hacer yo de mientras? ¿Esperarme aquí y pretender que no me vuelvo loco pensando en ti... con ella?
Vishous ladeó la cabeza y lo miró.
- ¿Estas celoso poli?
- ¿Yo? Para nada.
Vishous se acercó a él, pegando sus cuerpos.
- No me mientas. Nunca. Que no estemos en el Commodore no quiere decir que no pueda darte una buena azotaina en ese culazo que tienes.
Butch se tensó y se puso duro como una piedra, recordando todo lo que había pasado tan solo unas horas antes. De repente le entró el pánico.
- Voy a acostarme.
- Butch, espera. ¡Poli!
Se encerró en su habitación y miró el crucifijo que tenía colgado encima de su cama. Joder. ¿Que había hecho?