mi libro de las sombras

el dios y la diosa

El Dios
La naturaleza del Dios, se entiende como la del Dios Astado, The Horned One, tanto con cuernos de Ciervo, como de Toro. Margaret Murray en su libro El Dios de las Brujas nos entrega una extensa investigación historica sobre el posible origen de la naturaleza del Dios. El Dios Astado es el consorte de la Diosa, el Dios de los bosques, de la fertilidad, el Cazador (The Hunt) se le representa generalmente con la figura de un hombre con Astas de ciervo o de toro, o de forma antropomorfa. En el ciclo de las estaciones y las celebraciones de la rueda del año esta asociación del Dios se expresa más fuertemente en la época entre Ostara y Beltane. Otra asociación importante es la del Dios Sol, quien es da el sentido a la rueda del año, ya que las celebraciones marcan los solsticios y equinoccios, son dados por la posición del sol en relación a la tierra. El Dios Sol se relaciona con el poder, la fuerza, la luz, la sabiduria y la madurez. El Sol, es quién permite que las cosechas crezcan fuertes y abundantes, es a quien celebramos en su nacimiento en Yule, y honramos en su sacrificio en Lammas o Samhain. Cuando el Dios se ha sacrificado por su Hijo, se transforma o su naturaleza se relaciona con el Inframundo. El descanso, la instrospeccion, el centrar las energias para los nuevos comienzos, el renacer del Dios que se celebra en Yule.

La Diosa

En muchas culturas los símbolos de la Diosa eran la tierra y la luna, en tanto que los de su consorte (el Dios) eran el cielo y el sol. La Diosa es el misterio oculto; él es la energía desatada. Cuando ambos se encuentran tiene lugar la creación. Como la Diosa es la personificación de la tierra, se la hace equivaler a la madre, que nos alimenta y provee para nuestras necesidades.Ella era objeto de culto antiguamente como proveedora apenas comenzaba a reinar en la Rueda Anual (el año pagano), ya que sin la protección de la divina madre, el hambre asolaría la tierra. Como gran proveedora que era, estaba intrínsecamente relacionada con las epocas de cultivo y cosecha. Las civilizaciones antiguas construyeron templos y santuarios como tributo a su poder y a su fuerza; se celebraban grandes festividades en su honor.