La Vieja Mansion

La Biblioteca

Me adentro en el jardín, observo lo que sera mi casa definitivamente. Me encanta. Corro feliz por toda la mansión, hasta que me canso y me dejo caer como un peso pesado sobre el sofá. Que contenta que estoy.

Con calma, bajo las escaleras que conducen a la gran y misteriosa biblioteca.

Me dejo llevar por los extraños recuerdos que pasaron aquí. 

Como aquella vez que vi al fantasma de la que sería mi tatarabuela, muerta a los 7 años por la peste. O la vez en la que un señor medio transparente con ropa vieja tiró unos libros al suelo sin querer y mi padre me echo la bronca pensando que fui yo.

O que se apagaban y se encendían las luces cuando me quedaba sola, aunque pasara delante de los ojos de mi padre, siempre buscaba explicaciones lógicas. 

Me siento en un escritorio de madera y empiezo a leerme unos libros infantiles, se ven antiguos, tienen expresiones anticuadas y las hojas son amarillentas por el paso del tempo, algunas hojas están sueltas y con algún garabato. 

Supongo que fueron los pequeñajos de la mansión, o la pequeña Mary (mi difunta tatarabuela) que por lo que se de ella me acuerdo de que me dijeron que le gustaba mucho dibujar y pintar, algunos cuadros de los que adornan los largos pasillos de la mansión son de su padre,el cual le inculco la pasión por el arte.

A mi también me gusta dibujar, es una manera de expresar mis sentimientos. O al menos, lo es para mi.

Recorro toda la biblioteca con pasos ligeros, me siento muy bien entre libros. Cojo uno de los primeros ejemplares de Romeo y Julieta que se publicaron, tengo suerte de poder tener entre mis manos una de las primeras ediciones, este libro debería estar en un museo, lo abro y lo empiezo a leer. Algunas palabras están difuminadas o borradas del todo, debido a que el libro ya tiene cerca de unos 450 años.

Me paso toda la mañana leyendo, pero no acabo. Me tomo un descanso y me voy a mi habitación a comerme unas natillas de vainilla.

Cojo mi móvil y llamo a mis amigas, pero ninguna contesta, como alternativa, decido enviarles un mensaje, a ver si contestan. Pasa media hora y ninguna dice nada, así que bajo de nuevo a la biblioteca, para leer unos cuantos libros.

Nada fuera de lo normal, supongo... Solo una biblioteca, antigua, pero normal. Creo que estoy emocionada, queriendo que pase algo fuera de lo común.Pero no sucede nada en especial. Me pongo a revisar mi móvil, pero mis amigas aún no han leído el mensaje.

Argh, me aburro mogollón, estar sola en casa, no es tan guay como pensaba. Al menos con mis padres podía jugar a algunos juegos de mesa, pero sola ¿Con quien juego?

Una risa responde a mi pregunta, pero... No hay nadie, estoy yo sola ¿Me lo habré imaginado? Unos pequeños pasos recorren la biblioteca con rapidez, me doy unos golpecitos en la cabeza, no me lo creo, estoy sola, mis padres se han ido... ¿y si es un psicópata? uff no, pero que estoy diciendo, casi parezco mi madre.

-¿Quien anda ahí?-pregunto un poco nerviosa. Oigo unas risas, quien sea que haya, ¡¡se esta burlando de mi!!

Recojo los libros que tenía... Mejor voy a leer en la habitación, pero en ese instante oigo unos pasos aproximándose hacia mi.

-Si es una broma,no hace gracia alguna-intento sonar amenazadora, pero es imposible, estoy asustada ¿y si enserio es un asesino?

Cojo el móvil y llamo a mis amigas, quiero que vengan, al menos así no estaré sola. Pero no contestan la llamada. Jolines ¿que hago ahora?

Decido salir de la biblioteca, coger la bici y irme al pueblo a una tienda o algo, pero tarde o temprano tendré que volver y me da miedo dormir ahí. Me apresuro a salir, pero la puerta se cierra delante de mis narices.

-Vuelvo a repetir ¿quien esta aquí?-pregunto, temerosa-sea quien sea, ¡que salga!-grito a todo pulmón.

Una sombra pasa detrás de mi, me giro rápidamente y resbalo, cayéndome al suelo, miro a mi alrededor. Mi móvil y mis cosas no están, alguien ha tenido que cogerlas, digo yo. Quien sea que haya me ha confirmado que no estoy sola, porque las cosas no desaparecen solas.

No tiene ninguna gracia, aunque quizás sea alguna de mis amigas, que se ha enterado de que estoy sola en casa y ha decidido gastarme una broma.

Prefiero pensar en esa opción, igualmente, no es divertido, como la puerta esta bloqueada intento salir por una de las ventanas que da al jardín, pero no se abren. Alguien se ríe de mis intentos de escapar...

¿Y si de verdad hay espíritus?

-Mis saludos, hermosa dama-dice alguien, escondido detrás de una estantería