Tan tiernos

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No pasaron ni 5 minutos, y el chico ya estaba en la habitación con una bandeja llena de comida deliciosa.

Chico: Dejaré esto por aquí - dejó la bandeja en una mesita de noche y se acercó a mi oído nuevamente - ¿Quieres que te ayude a sentar? - mis ojos se cerraron ante la tranquilidad que producía en mí.

Asentí con la cabeza y permití que me levantara abrazándome. Sentí sus brazos tan fuertes pero a la vez tan cálidos y llenos de cuidado.

Chico: Mira, te traje un pan hecho por mí con un poco de mermelada de fresa por encima, y si no te gusta, puedes comer esta pierna de pollo crujiente- sonrió muy tiernamente - te prepararé un té y traje agua - colocó la bandeja en mis piernas y esperó a que diera el primer bocado.

Reí en mi mente al ver su rostro de confusión, ya que no había comenzado a comer.
Y reí aún más al ver su gesto de vergüenza al recordar que no podía moverme.

Chico: Soy un tonto - sonrió avergonzado y tomó un cuchillo y un tenedor.

Mientras me alimentaba pacientemente, sonreí y me hacía preguntas con respuestas que fueran sí/no.

Era un chico tan apuesto, tan amable y exquisito. Su personalidad era tan dulce, y claro, su físico era sumamente agradable a la vista.

Después de haber comido, se levantó de su asiento y fue hacia mis piernas.

Chico: No te haré daño - susurró.

Asentí con la cabeza y presté atención a lo que haría.

Tomó mi pierna izquierda y comenzó a ejercitarla, sentía hormigueo en ella, pero aún no respondía.

Se esmeró tanto por hacer que mi cuerpo recibiera sangre y se ejercitara. Fue un proceso duro pero admirable por el chico.

Tenía mucho sueño por el alimento, así que poco a poco fui cerrando mis ojos, el chico me estaba leyendo un libro y sólo pude escuchar su voz desvaneciéndose, y por último, sentí un pequeño beso en mi ceja.

BEN NARRA__

Era una chica tan tranquila, y no lo decía por su incapacidad para moverse y para hablar, sino por su personalidad, se notaba a leguas que era una chica tan hermosa, amable y encantadora, con un gran amor por entregar.

Me limité a darle un beso en la ceja antes de que se duermiera. Cerré mi libro, me senté a lado de la cama y tomé su mano izquierda para que supiera que estaba con ella en cualquier momento.

Pasaron varias horas, y estaba anocheciendo. Puse a hervir agua para darme una ducha mientras la chica dormía.

Terminé, me vestí y comencé a cenar para estar disponible completamente para ella.

Terminando de cenar, la chica abrió uno de sus lindos ojos y sonrió al verme.

Me acerqué a ella para susurrarle.

Ben: ¿Descansaste? - me encantaba sentir su mejilla rozar con la mía. Su olor era delicioso y su piel era cálida.

La chica asintió levemente con la cabeza y sentí su respiración en mi cuello, lo que ocasionó que una corriente pasara por mi cuerpo entero.

Ben: ¿Quieres darte un baño? - asintió tímidamente - muy bien, ya está lista tu agua.

Me levanté para alistar todo correctamente y me acerqué a ella.

Ben: te voy a cargar en mis brazos - asintió con la cabeza y la alcé.

Caminé con ella en brazos hasta la bañera. Había hecho espuma con el jabón mezclado con el agua, para no tener que desnudarla y que la mezcla pasara fácilmente la tela y llegara hasta su piel.

Tomé shampoo en mis manos y comencé a masajear su cabeza. Ella estaba muy relajada y eso me hacía sentir bien. Le hice peinados muy graciosos y se los mostraba con un espejo; ella sólo sonreía y se sonrojaba.

Terminamos con la ducha y de inmediato la cubrí con mi toalla. Estaba algo apenada porque se transparentaba la tela y podía ver su cuerpo, pero le hice saber que no tenía malas intenciones y que sólo quería ayudarla.

La sequé y la vestí con la ropa con la que llegó sólo que limpia.

Sabía que la chica quería decirme muchas cosas, pues veía la frustración en su rostro. Quería escucharla pero no podía.

La tomé en mis brazos y la acosté en mi cama nuevamente. Le leí el libro que estábamos leyendo y volvió a quedarse dormida.

NO ME RENDIRÉ ESTA VEZ (Ben Hardy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora