CAPÍTULO 6

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Un exterminador posó su mirada en Alastor y ordenó a un grupo de ángeles atacarlo, el demonio radio esquivaba con gran agilidad algunas lanzan y con sus tentáculos desviaba otras. Estaba seguro que si una de esas cosas lo tocaba, aunque sea un rasguño, sería su fin.

Las miradas de Alastor y el ángel exterminador se cruzaron y este entendió de quien se trataba.-Hola, viejo amigo.- Alastor estaba dispuesto a dejar a su suerte a la araña pero lo vio cómo se enfrentaba a los exterminadores con sus armas, él sabía muy bien que las armas comunes no harían ni cosquillas a los ángeles; estaba a punto de chasquear sus dedos para irse, pero percibió como de un disparo reventó la cabeza de un exterminador. Alastor estaba asombrado nunca había visto a un demonio matar a un ángel, era algo nuevo.

De pronto notó como el arácnido apuntaba con el mismo arma en su dirección y apretó el gatillo, la bala ni siquiera le rozo y fue a parar entre las cejas de un exterminador que estaba detrás suyo apunto de atacarlo. Aunque no quisiera admitirlo en ese instante, Ángel le había salvado la "vida".

Alastor había bajado la guardia se quedó tan sorprendido de lo que acababa de ver.-Me debes una, corazón.- rió coqueto Ángel para continuar esquivando los golpes de los ángeles.

Saliendo de su trance Alastor abrió un portal en el suelo de donde salían tentáculos los cuales distraían a los ángeles, se convirtió en sombra acercándose a Ángel tomándolo de un brazo y en un chasquido ambos estaban en el patio principal del hotel; habían salido ilesos por los pelos.

-¡Hey!, aun quería divertirme un poco.- reclamaba resoplando.

-De nada.- respondió Alastor invocando su báculo. Se dibujó un enorme círculo el cual cubrió toda el área del hotel.

-¿Qué haces fresita?,-preguntó al ver como este emanaba una luz muy brillante.- ¿Sabes que los ángeles no destruyen propiedades?

-Lo sé. Es un pequeño sello, mantendrá a toda la escoria del hotel dentro y a los ángeles fuera.- Alastor reconoció a uno de ellos y sabía que era capaz de remover cada piedra para encontrarlo habían pasado muchos años sin embargo este no era capaz de perdonar lo que Alastor en vida le hizo y ese círculo era un escudo que les impedirá entrar.

-Será mejor que te apresures a entrar o te quedaras fuera, Ángel.- señalo con un poco de burla olvidando que hace unos minutos quería acabar con él.

-Ingenioso juego de palabras, my deer- reía mientras se adentraba al hotel.

-Este sujeto es más interesante de lo que imaginé, me gustaría conocerlo mejor-. Pensó Alastor un una expresión digna de temer.

En el hotel Charlie y Husk estaban asegurando puertas y ventanas mientras Vaggie y Niffty guiaban a los huéspedes a sus habitaciones. La princesa estaba muy preocupada porque aún no llegaban los dos demonios.

-Hola todo el mundo, como están.- entró Ángel como si nada acabara de pasar.

-¿Ángel te encuentras bien? Estábamos muy preocupados por ti.-corrió a abrazarlo, el gesto lo hizo sentir reconfortado, hace mucho tiempo que nadie le daba un abrazo así de sincero.

-¿Estábamos?- pregunto con sarcasmo Husk

-Yo también me alegro de verte, gatito.- respondió al abrazo de Charlie a pesar de la diferencia de altura.

-Me prepararé algo y luego iré a descansar, deberías hacer lo mismo.-se apartó lentamente de los brazos de la princesa.

-Pero la purga y el hotel y...-Charlie estaba tan nerviosa que parecía que le iba a dar un ataque.

HARD TO EXPLAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora