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CAPÍTULO 28 MI DEPRESIÓN Y MI CORAZÓN ROTO

-Jay...-Susurré y lo vi irse enojado, nunca lo había visto así.

Volví a casa con los ojos llorosos.

Cerré la puerta lentamente y sentí una mano en mi hombro.

-Andrea.. Yo, lo siento...

Suspiré y subí a mi habitación.

Chris me siguió pero justo al entrar, le cerré la puerta en la cara y le puse pasador.

Me tumbé en mi cama y pude sentir el líquido cálido bajar por mis mejillas.

Cubrí mis ojos con mis manos y me quedé allí, escuchando los suaves golpes que Chris le daba a la puerta.

-Andrea, perdón, no quise... Lo siento, por favor discúlpame.

Leo rasguñaba la puerta y gruñía suavemente.

-Shh, pequeño ven aquí.-Llamé al animalito.

Leo obedeció acercándose a la cama, me asomé para verlo y lo levanté, poniéndolo en el lado vacío de la cama.

-Hey... Lo siento.-Dijo y sentí sus pasos alejarse.

Me cubrí con la manta y cerré mis ojos.

No me importaba seguir con la ropa puesta, no tenía ganas de levantarme y cambiarme. No tenía ganas de hacer nada.

Y es que me sentía pésimo, si Jay no hubiese aparecido, si Chris no hubiese salido o si yo, hubiese sido sincera con Jay desde un principio, me hubiese ahorrado todo este problema...

Jay me había tratado como una zorra, como si estuviese hablando con Leah, dijo que yo estaba sola con Chris haciendo quién sabe que cosas, y eso me ofendió, y mucho.

Y ahora.. ¿Como le digo a Jay que sólo fue un beso? E incluso, no puedo mencionarle lo del beso, o Chris terminaría en un hospital.

Convencer a Jay de que no pasó nada, costaría mucho trabajo, en especial sabiendo que a el no se le convence tan fácilmente.

(...)

-Jay, por favor escúchame.

-No tengo nada que hablar contigo, eres una mentirosa.

Y esta era la sexta vez en el día en que Jay ignoraba todo lo que decía y me dejaba allí, sin dejarme hablarle o si quiera decir algo. Ni siquiera ha respondido mis mensajes, y, haciendo la cuenta, ya le mandé 48.

-¿Y bien..?

-¿Qué?-Dije pinchando sin ganas a la carne con el tenedor.

-No has comido nada hoy.

-¿Y? No tengo hambre.

-¿Que te sucede? Desde la mañana estas algo.. ¿Deprimida?

-No importa.

-Andrea, soy tu hermano, no me mientas, sabes que no puedes.

-Te dije que no me pasa nada.-Respondí fría.

-En algún momento lo sabré y no podrás evitarlo.

-Cállate.-Dije y salí hasta mi casillero.

-Hola Andre.-Valentina me sonrió junto con Mafe y Sofia.

-Hola.-No era el tono frío que quería usar, pero debido a mis ánimos no pude contestar con mas alegría.

-Vaya amargura, ¿Que tienes?

-Nada.

-Anda, vamos a la cafetería, debes tener hambre y por eso estas tan malgeniada.

-Sofia, no tengo hambre.