Sueños Infinitos (Finalizado)

Los Trenes de Tokio-3

El sonido de las cigarras era audible en toda la ciudad. La gente salía de sus casas rumbo a sus trabajos intentando sobrellevar la situación en la que se hallaban. El eterno verano de Japón era duro, pero la única forma de salir adelante era trabajando e ignorar la situación en la que se hallaban.

Un mar de personas era visible cerca de las estaciones de tren que conectaban con dos ciudades vecinas a la nueva capital del país del sol naciente. Nadie se interesaba por lo que pasaba a su alrededor, todos estaban absortos en sus propios pensamientos que incluso pasaban por alto actitudes que serían reprochables en alguna otra ciudad del país.

―El tren con destino a Tokio-2 partirá en treinta minutos― una voz femenina anunciaba la salida de uno de los muchos trenes que se encontraban en la estación principal de la ciudad.

Las personas rápidamente se amontonaron cerca del andén con el objetivo de subir a su transporte para partir rumbo a la vieja capital. Era imposible creer que toda esta gente era admirada por el resto de los países occidentales.

― ¡Shinji, sé más veloz! ―una voz aguda y femenina había lanzado un fuerte grito en medio del mar de gente. Parecía que estaba preocupada, pero al mismo tiempo molesta con la persona a la que llamó.

― ¡Eso intento, Asuka! ―otra voz respondió al llamado de la primera, siendo esta masculina―. ¡Maldita sea! ¿Acaso esta gente no tiene modales? ―exclamó el dueño de la voz con molestia.

― ¡Parece ser que los japoneses no son dignos de admirar después de todo! ¿Eh? ¡Quítate de mi camino, anciano!

― ¡Woah!

Un sujeto de unos cuarenta años había sido pateado lejos hasta tocar con una columna de la estación. Aquella escena logró por primera vez hacer que todas las personas dejaran de lado sus pensamientos con el fin de llenar su morbo al ver lo que había sucedido.

De repente, una joven de aproximadamente diecisiete años apareció detrás, lanzando miradas molestas a todo aquel que se dignara en cruzar su vista con la de ella.

― ¿Qué tanto me miran? ―su voz denotaba su furia ante la sociedad, pero antes de siquiera descargar otro poco de su ira, una mano la tomó del brazo haciendo que por un momento mostrara una cara dulce―. Baka, pensé que te habías quedado atrás―dicha mano le pertenecía a un joven de casi la misma edad que ella, pero ligeramente más alto.

― ¿Y dejarte sola en medio de un montón de pervertidos? ¡Ni loco! ―la respuesta que dio había lastimado el orgullo de algunas personas mientras que otras admiran la determinación del joven nipón―. Además, para que deseo quedarme en la ciudad cuando puedo pasar el fin de semana a tu lado.

Los ojos de la chica adquirieron un brillo hermoso tras oír lo que el joven había dicho. Esto era lo que tanto ansiaba escuchar y con orgullo lo abrazo, dándole un tierno beso en los labios, que aunque corto, era suficiente para decir todo lo que sentía.

― El tren con destino a Tokio-2 partirá en veinte minutos―nuevamente, esa voz que anunciaba la partida y llegada de los trenes los había devuelto a la realidad―. Se les recuerda a nuestros usuarios que el tren con destino a Tokio-2 parte del andén 9.

Ambos jóvenes se separaron de inmediato, pero nopor las miradas que le daban las personas a su alrededor, sino porque seencontraban al lado opuesto de donde su tren hacia la libertad juvenil se hallaba.Son unos tontos.