Capítulo 1: Oportunidad

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Último año de preparatoria.

Estos tres últimos años de preparatoria han sido los más duros. Pero los he podido superar gracias a mi mejor amigo, Max Mendoza.

Exacto, Samuel Stocklin fue borrado de mi vida.

Bueno, no literalmente, al contrario, estaba muy presente.

Cuando Samuel regresó de sus vacaciones a Irlanda cuando teníamos 14 años, empezó a ignorarme y tiempo después empezó a tratarme mal, a ser grosero. Básicamente me odiaba.

Pase mucho tiempo, años incluso, llorando, lamentándome y preguntándome ¿qué hice mal? Y ahora me doy cuenta que no es mi culpa. Claramente pasó algo, porque no solo Samuel me empezó a tratar mal, sino que Liz también se alejó, aunque ella no me molestara, no hacía nada para evitar lo que su hermano me hacía y dejó de hablarme.

Pero claro, la pubertad no le vino nada mal y eso le dio el derecho de creerse la gran mierda y  a manejar a todos como se le da la gana. Y como me odia, eso hizo que todos me odiaran.

Excepto Max, mi mejor amigo, el es al único al que no le importó que me molestaran y lo quiero mucho, porque como se junta conmigo, a él también lo molestan, no tanto como a mí, pero aún así.

Camino por el pasillo. Traigo mi cabello castaño suelto con la mitad hacia arriba y un suéter amarillo. Sé que no soy fea, pero Samuel me ha hecho el favor de recordarme que lo soy y que no valgo nada, pero trato de ignorarlo día a día.

—Hola, princesita— así solía llamarme cuando éramos amigos, con la diferencia que antes lo hacía de cariño.

—¿Ahora que quieres Samuel?— como me irrita.

—¿Te despertaste de malas?

—Tú me pones así.— Al momento que eso sale de mi boca me arrepiento.

Aunque no pueda evitarlo, Sam me intimida, nunca soy valiente frente a él por miedo a lo que me pueda hacer. Jamás me ha puesto una mano encima y por el largo tiempo que llegué a conocerlo, sé y espero que nunca lo hará, pero cada día qué pasa, lo desconozco más.

—Vaya, al parecer la pequeña Coco se está revelando— odiaba que me llamara así.

—No me digas así— le respondo tímidamente.

—¿Por qué?— se acerca hacia mí, — ¿acaso te recuerda a algo?— Es todo. Lo empujo alejándolo de mí, lo que hace que se sorprenda.

Lo siguiente que siento es un líquido frío por todo mi cuerpo.

—Lo siento, tu me empujaste y se me cayó— dice con una sonrisa burlona.

Ruedo los ojos y me voy directo al baño. Con los años, he aprendido a no llorar por sus tonterías, aunque aún le duelen.

Entro al baño y me encuentro con la hermosa y rubia, Elizabeth Stocklin. Ella está con una sudadera que le queda grande y los ojos llorosos.

—¿Estás bien?— aunque ya no sea mi amiga, no significa que sea una mala persona. Ella me ve sorprendida por mi aspecto y cuando se da cuenta de que me mira por mucho tiempo, niega con la cabeza y la baja.

—Bien, me voy a limpiar— ella se quita del lavabo.

Pasa un tiempo en lo que me limpio y siento como toma mi hombro y me tiende su sudadera.

—Perdóname— dice.

—¿Qué quieres que te perdone? El que te hayas alejado sin decir nada?, ¿el que hayas dejado que tu hermano me hiciera lo que quería? ¿O el hecho de que tengo bebida por toda la ropa?— miro su expresión triste— Mira Liz, no sé por qué estás así, y enserio lamento lo que te haya pasado, pero no puedo simplemente dejar que alguien que me lastimó mucho vuelva así como así— salgo del baño y camino hacia mi salón.

Mi ex mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora