Covid-19 >>> Jenlisa

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¿Cómo pude perder?. ¡Estuve tan cerca de ganar!. ¡Se supone que soy la mejor!.

— Bien, morena. Ahora tendrás que hacer algo que yo pida.— Me dijo, con su sonrisa de victoria. Expiré derrotada.

— Bien, dilo.— Dije.

— Quiero que...— Pareció pensarlo.— Me des un beso.— Me sorprendí, y me sonrojé. ¿Escuché bien?.

— ¿Cómo?.

— Eso. Quiero un beso tuyo.— Se acercó a mí. No me dió tiempo para reaccionar, ya que yo estaba contra la orilla de la piscina, y ella frente a mí.— Debes hacerlo. Ese fue el trato.

Me quedé en silencio, y la ví cerrar los ojos, esperándome.

No tengo más opción. Ella tiene razón, ese era el trato.

Me acerqué, y posé mis labios sobre los de ella. Comenzó a moverlos, y me separé.

— ¿Eh?...— Me miró confundida.

— No especificaste qué tipo de beso. Así que ahí lo tienes.— Sonreí divertida.

— Tampoco especifiqué el lugar.— Me devolvió la jugada.— Me quedó mirando fijamente a los ojos, hasta que bajó la mirada a mi boca. No dudó en volver a besarme, y yo no dudé en corresponderle.

Si iba a estar encerrada, siendo experimento, al menos tengo que divertirme.

Ella movía sus labios tan bien, que parecía ser el beso perfecto. No era para nada tierno, pero era delicado. Era sensual, como todo lo de ella.