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Solo había una opción, él pensó que no llegaría a usarla, aunque debió verlo venir y es que no estaba en la mejores condiciones como para poder buscarse otro lugar, al menos no ahora.

Suspiro pesadamente

Algo nervioso marcó el número de nueve cifras que conocía perfectamente en su celular. Con sus manos algo temblorosas lo puso al lado de su oído esperando a que alguien contestara.

Pronto una voz familiar se escuchó del otro lado de la línea, se sintió un poco más relajado al ver que no había cambiado de número después de tanto tiempo.

- ¿Hola? - pronunció la voz conocida.

- Baekhyun, soy yo - respondió.

- ¿Jimin? - algunos ruidos se escucharon por el otro lado - espera un segundo -pidió.

Mordió su labio inferior aún más nervioso, ¿acaso había llamada en mal momento?, quizás debería llamarlo en otro momento. Estando a punto de colgar pudo escuchar la voz del contrario.

- Lo siento, unos señores evangélicos me estaban hablando, me salvaste - rió - pero, vamos, dime la razón de tu llamada.

- Pues se que ha pasado tiempo, pero justamente estoy en problemas y quería saber si tu oferta de aquella vez sigue en pie - rogaba que así fuera de otra forma no sabría dónde pasaría la noche.

- ¡Por supuesto! - exclamó, se notaba su emoción - ¿y cuando vendrás?

-  Hoy día pensaba tomar el vuelo, se que no es apropiado, pero prometo explicarte en cuanto llegué - el menor no quería parecer descortés con la persona que le estaba proporcionando ayuda.

- No te preocupes, te esperaré muy ansioso, nos vemos - colgó la llamada y se tiró a la cama bruscamente.  

Tenía tanto en que pensar y en qué decir, ahora, ¿cómo le explicaría a su hermana que se tendrían que mudar?, se sentía de lo peor. Y recordó que supuestamente tenía que ver aquella pijamada pendiente de la cual accedió.

Estaba más que frustrado ¿Por qué todo le salía mal?,  caminó hacia la entrada y se colocó sus zapatos para así salir y recoger sus papeles y los de su hermana. Se notaba que iba distraído porque al momento de entrar a la que ya dejaría de ser su institución, casi tropieza con una de las escaleras.

Parándose frente a la puerta que decía "Dirección", abrió la puerta dándose pasó al pequeño cuarto lleno de cuadros y diplomas, se sentó en la silla que lo dejaba a frente con aquel alfa viejo que lo miraba atentamente. Sí que tendrían mucho de qué hablar.

El reloj marcaba la hora, el sonido de este realmente le aburría al igual que la charla que estaba teniendo con el director, Juraría que habian pasado horas, cuando en realidad apenas llevaban veinte minutos hablando. Sonrió cuando por fin el mayor le entregó sus papeles ya sin decir más.

Saliendo ya de aquella asfixiante habitación, pasó por una máquina expendedora para comer una chocolatina, no iba a almorzar por lo que veía. Ya afuera de la universidad se dirigió al colegio de su hermana, suerte que en su caso simplemente podría pedirle a la profesora y así irse en paz.

Mientras cruzaba la calle se pudo dar cuenta de cómo un par de alfas lo observaban muy atentos, él no era una presa para que lo miraran así y estaba seguro de que si uno se le acercaba para insinuarse explotaría mandandolo al mismísimo infierno.

Llegando bien, observo como todos los niños rondaban por ahí con sus padres, corriendo y hablando. A lo lejos vio a su hermana junto a su amiga, la pequeña al ver al omega corrió junto a la otra pequeña parándose frente a él.

_🏶¡¿𝓠𝓾𝓮́ 𝓶𝓮 𝓮𝓼𝓽𝓪𝓼 𝓱𝓪𝓬𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸?!🏶_𝓞̶𝓶̶𝓮̶𝓰̶𝓪̶𝓿̶𝓮̶𝓻̶𝓼̶𝓮̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora