REMPLAZO

Capitúlo 8

Rin realmente debe haberse quedado dormida esta vez. La próxima vez que esté consciente de nuevo, se siente muy diferente. El agotamiento no se ha desvanecido, pero se siente muy diferente al anterior. Sus extremidades se sienten pesadas; le duelen los huesos y los músculos. Su garganta está reseca. Se siente como si se hubiera tragado un puñado de agujas y ahora le están pinchando la garganta. Ella abre los ojos y levanta un poco la cabeza.

Está en la habitación de Obito, acostada en su cama con el edredón envuelto alrededor de ella. Ella se sienta. Su cuerpo le grita. Ella se da cuenta de que está ardiendo. Cada leve movimiento la hace sentir como si se tirara de nuevo a la cama, se acurrucara y nunca se levantara. Pero ella se levanta de todos modos, saliendo de su cama y poniéndose de pie. Sus rodillas se sienten débiles y sus caderas duelen. ¿Qué tan duro lo habían hecho? Entonces no había pensado mucho en eso, pero ahora está claro que él había sido más rudo de lo que nunca había sido.

Ella comienza a salir de la habitación, solo haciendo una pausa para mirar su reflejo en el espejo. Ella está en una de las camisas de Obito, simplemente abotonada en los segmentos medios. Los hombros se caen de ella, revelando la piel debajo y las manchas rojas que decoran áreas aleatorias de su piel pálida.

Obito debe haberla vestido después de que él la bañó cuando ella se desmayó. Se pasa la mano por el pelo y se da cuenta de que él incluso se tomó la molestia de secarlo, además de cargarla y ayudarla a tomar una ducha. Hizo todo eso por ella y Rin  cree que es un poco difícil creer que en realidad no la ama.

Ella sacude la cabeza, que gira y palpita cuanto más piensa. A pesar de que ella ha estado bien con eso en el pasado, la idea de que Obito realmente la deseara solo por el sexo trae lágrimas calientes a sus ojos y rápidamente se las limpia con las mangas. ¿Por qué no le había dicho la verdad antes? ¿Cuál era el punto de mantenerla esperanzada? ¿Qué podría desear, aparte de mantenerla en una posición en la que siempre tenga que recurrir a él? Fue Kakashi quien reunió a Rin y Obito, por extraño que parezca. Se han conocido antes. Eran simples conocidos, pero fue después de una fatídica primera vez y una noche de confesiones que los abrieron el uno al otro, lo que comenzó todo. Él no habría podido hacerlo más con ella si le hubiera dicho que se rindiera en ese momento.

Le duele la cabeza y la agarra con una mano, frotando ligeramente mientras sale. Su nariz capta el olor desagradable en el momento en que pone un pie fuera de la habitación. Ella ve a Obito sentado en el sofá, completamente ajeno a su acercamiento.

Prometió dejar de fumar. Pero parece haberlo olvidado. Acurrucado en el sofá, juguetea con el cigarrillo que está entre dos de sus dedos, con los ojos mirando a la nada en particular, completamente vidrioso. Se lo lleva a la boca, solo para que Rin se lo quite. Él parpadea sorprendido, pero para cuando es capaz de comprender lo que está sucediendo, ella lo había descartado en la bandeja de la mesa frente a él. Él la mira con los ojos muy abiertos por la confusión.

"Prometiste que pararías" dijo. Obito no responde, alejándose de ella y alcanzando su paquete.

"No ahora, Rin. No estoy de humor ", se queja. Antes de que él pueda alcanzarlo, ella lo arrebata debajo de sus dedos, sosteniéndolo con fuerza en sus manos. Obito la mira, apretando un poco los dientes. "Rin".

"¡No!"

"¡Mira, solo uno!" él se rompe, levantándose y alcanzando hacia ella. Las manos de Rin vuelan hacia su espalda, alejándose unos pasos de él. "Vamos Rin. No seas ..."

Se interrumpe cuando su teléfono se enciende, las vibraciones interrumpen su discurso. Ambos se giran para mirarlo y Rin reconoce los números que parpadean en la pantalla de inmediato.Obito no intenta levantarlo y ambos permanecen en silencio mientras las vibraciones continúan, hasta que finalmente se queda en silencio. La visualización en la pantalla cambia. 38 llamadas perdidas.