Stalker

Chapter Ten; Ricardo

Narra Syd

Tuve una pelea con Liam... Mierda... Soy la peor hermana...

Pude ver a Andy bajar... Enojada por los gritos...

—Liam...

—Eh... Andy... No pensé que estuvieras aquí...

—Yo... Ven —dijo suspirando, no dije más pues me fui algo triste al sótano a toda prisa—.

Narra Andy

Mierda... Parezco mamá.

—Mira... No se que escuchaste. Pero aún que no debiste te digo. Algo es culpa de Sy–

—¡No! No es culpa de Syd, es culpa del estúpido Ricardo.

—Es Richard.

—Me vale mierda. Luego lo voy a enfrentar. Así te deja en paz.

—Gr–Gracias.

—Mientras. Espero que te disculpas con Sydney. Qué por cierto... ¿dónde rayos está?

—Esta en el sótano.

—Bien... Adiós... Cuídate enano.

Me fui de ahí al Sótano.

—¿Syd?

—Aquí estoy.

—¿Qué haces?

—Creí... Creí haber visto a alguien.

—No importa ya...

—Quiero... Quiero ir a ver...

—¿Segura? puede re–resultar algo traumante para ti... Ahí es donde... Donde... Tu... Tu padre... Eh... Lo siento... —me miró apenada pasando su brazo por su nuca— Luego vengo...

—Adiós Andy... Gracias por las galletas... —dije sonriente—

—Adiós...Y...De nada... —me dedicó una sonrisa—

Narra Andy

Fui directo a la casa del tal Ricardo...

Cuándo me abrió una mujer "bien" vestida. Con una sonrisa algo rara.

—Hola... Buenas tardes —dije con una sonrisa forzada que más bien parecía una mueca—.

—Buenas tardes, ¿Qué se te ofrece? —dijo mordiendose el labio inferior—

¿Qué no a visto mi venda cubriendo alrededor mi puta cabeza?

—Quiero que su hijo Ricardo salga, necesito darle unas cosas.

—Oh, ¿Richard? Es mi hermano ¡Richard! ¡Te hablan! —gritó— ahora viene, ¿Qué haces por aquí?

—Ammmm... Vengo a petición de Sydney Novak.

—¿La rara?

—No es rara, es agradable, es graciosa, inteligente, se esfuerza, hermosa, un ángel caído. —dije suspirando con una sonrisa completamente estúpida—.

—¿Sabes...?  Las personas me dicen que yo también soy un ángel caído, y más cuando caigo en sus camas. —dijo haciendo pose "Sexy", mire de reojo y vi a su hermano—

—Eh sí, lo siento,  Ricardo... Ven por favor, te tengo que entregar algo.

—No me llamó Ricardo...
¿Quién mierda eres?

—Eh, me vale mierda tu estúpido nombre, solo se que eres un idiota, así que dejas en paz a Liam, o sufriras las consecuencias —dije enojada—

—¿Ah sí? ¿Tú? —asentí, mi sangre hervía—  ¿una niñita estúpida?

Listo. No aguante más y explote las bolsas de basura que se encontraban al lado de un bote plateado.

El se giro asustado y luego me miro a mi. Que sostuve una sonrisa victoriosa, llena de orgullo.

—¿¡Qué mierda!? —grito asustado—

—Oh, ¿te asustaste tan rápido? ¿Eh? ¿Niñita estúpida? —dije acercándome a el— Será mejor que dejes de llamar a Sydney fenómeno, estúpida, rara y estupideces más tontas si no, la basura ya no explotara y... ¿Sabes qué va a explotar?

—N–No —dijo perplejo—

—Tu cabeza... —dije, aún con mi sonrisa victoriosa— ¿Entendiste?

—Eh... ¡S–Sí! —dijo asustado—

—Más te vale... —me acerque más a su oído—.Y... Por si no te a quedado claro del todo... Yo siempre cumplo mis promesas. —Me miro a punto como si estuviera a punto de llorar— Por cierto, esto es por Liam.

Le propine un golpe en su estómago, dejándolo sin aire.

—I–Idiota.

—Lo siento... ¿Qué? —lo mire entretenida—

—Idiota. Eres una rara.

—¿Rara yo? Oh. Soy la más extraña del jodido universo, Ricardo.

—¡No me llamó Ricardo!

—¡Me vale verga! —dije imitando su voz— bien, ya me tengo que ir, y si no te ha quedado claro...

—¡Sí! ¡Sí! Ya entendí —abrió la puerta algo enojado—.

Para entrar enojado, y yo irme más que satisfecha.

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