Chapter five; Fuck you

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Narra Andy

-¿Qué mierda haces aquí? -mire atras y a Dina... -.

-Yo... Mierda... No se...

-Se... Se qué te enamoraste de Syd... Yo también... Pero... Prefiero que ella decida con quien se va a quedar... -me observo con detenimiento- se que me odias...

-No te odio, solo tengo celos de que prefiera estar contigo en vez de conmigo... Y... Se que se gustan mutuamente... Mierda... ¿cuándo tendré suerte en el amor? -solté unas risitas mientras unas cuantas lágrimas salían, y marchaban mis mejillas-

-Ven... -me acerque a ella - apoyaré en mi hombro -lo hice- algún día la tendrás

Entre llanto y llanto, casi me caía, no es como si me importara, pues el hecho de que todos te odien, es algo que no agrada mucho que digamos...

-Todos me odian... Me siento sola... Mis ganas de morir... Suicidarme... aumentan

-Yo no te odio

-Claro que sí, por que quieres a Sydney para ti, al igual que yo...

-Sí... Obvio... Pero... También quiero que tu seas feliz...

-Mierda... Estar contigo no es como lo imaginaba...

-¿Enserio? ¿Cómo crees que sería?

-Y-Yo... Pensé que serías como la típica niña castrosa de la escuela

-... -ella solo se quedó callada para luego reír a carcajadas, su risa era contagiosa por lo que a los segundos me uní-

-Creo... Creo que ya debemos irnos al salón, ya nos retrasamos... -mire el reloj- ¡15 minutos! Nah, igual es la última clase -soltó una leve risita-

-Eres graciosa

-Me lo dicen siempre -dije, haciéndome la fanfarrona, mientras que me senté de nuevo en la orilla, ella me acompaño a los segundos- siento que por eso me odian

-¿Por qué crees eso?

-Siento que a veces soy egoísta, engreída, estúpida... Eso y más

-No creo que lo seas -dijo, posando su mirada en mis labios, oh mierda, yo también lo hice-

-¿Ah no?

-No... No creo -Y se tiro encima de mi, besandome, la separe, esto no era bueno, por que; estábamos en la orilla, eso no me importaba a mi, pero a ella creo que sí, y por que yo quiero a Sydney, no a ella...- Yo... Yo lo siento... Fue... Un impulso... Un estúpido impulso... Adiós -me salí de la orilla, para poder correr por las escaleras, fui directo al salón, para agarrar mis cosas e irme a mi casa, pero una persona me detuvo-

-Hey, hola, Andy -me saludo Stan, por lo menos una cara amigable- yo, pensaba en que si podemos vernos en mi casa, podemos escuchar Bruja Sangrienta y podemos fumar

-Claro, me encantan sus canciones

-Genial, nos vemos... -espero una respuesta-

-A las cuatro en punto

-Por supuesto, hasta luego -se fue con una sonrisa satisfecho-

Ahora si iba a irme, cuando otra persona me detuvo

-Ho-Hola Andy... Se... Se que no me quieres ver ni en pintura... Pero... Solo quiere decirte que lo siento

-¿Cuántas veces me haz dicho que lo sientes?

-No... No sé...

-¿Y cuántas veces te he dicho que me dejes en paz y que no me importa?

-No... Tampoco sé

-¿vez? Que sencillo es ignorar lo que dices de lo que haces...

-¡De verdad lo siento! -me agarro fuertemente del brazo, iba a estallar de nuevo- ¡Yo no quería que fueras tan idiota como para enamorarte de mi!

PUDRETE! ¡SYDNEY! -grite para estallar, otra vez, como los mesabancos y el escritorio de la maestra salieron volando al rededor nuestro-





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