I. Conociéndonos desde cero

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He visto a muchos de vosotros sufrir demasiado, yo incluida. Tanto que simplemente no pude soportar la imagen de mis lectores así. Una cosa es que yo lo haga en un fic que no es canon, pero otra muy diferente es verlo del manga... Quiero arreglarlo. Quiero reparar todos esos corazones rotos de alguna forma, o como mínimo, sanar algunas de las heridas, si soy capaz... Me disteis la oportunidad de escoger cuando ayer hice la encuesta de Twitter sobre qué fic deseabais leer a continuación, el empate de tres me permitió tomar la oportunidad.

Espero poder cambiar un poco el punto de vista de todo lo ocurrido y haceros sentir menos dolor.

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No había más. La batalla terminó. Se había acabado. La amenaza que acechaba desde tiempos pasados se había eliminado, el señor de los demonios había caído. pero a qué costo... Múltiples vidas, demasiadas. aprendices, veteranos, Pilares... Pocos habían sido los sobrevivientes de aquella masacre bañada en sangre y cuerpos tirados por doquier. Lo perdieron, él había dejado de moverse en cuanto su hermana pequeña apareció, sin verla, sin hablarle, sin abrazarla a ella o a sus amigos. Heridos, al borde del colapso, lamentando mientras eran tratados por la brigada de medicina. Gritando por Tanjirou. "Levántate", chillaba aquel muchacho de cabellos rubios. Mordiscos violentos del otro chico hacia los que trataban de curarle, buscando escaparse, correr hacia él a lágrima viva. Giyuu estaba allí, con la más pura imagen del arrepentimiento, arrodillado frente a su cuerpo rígido, aún sosteniendo aquella espada. Su mano manchada de carmesí se posó sobre la del chico y agachó la cabeza. Con una voz rota, maldita, se disculpó.

-Lo siento, no pude protegerte... -cerrando sus ojos azules, cristalizados, dejó que las lágrimas fluyeran. -Siempre soy protegido por otros... Por favor, perdóname... -a la par, Nezuko corría hacia ellos, desesperada. -¡Lo siento! -alzó la voz. -¡Lo sient-! -dejó escapar una leve tos y todo se detuvo en el tiempo. No habló, no se movió. Oh, cielos, no de nuevo... Siempre que lloraba le ocurría lo mismo. -Ahh... Lo siento... -pronunció una vez más aquellas palabras levantando la cabeza y limpiando sus ojos con cuidado. -Se me fue la saliva por el otro conducto.

Justo allí, un poco más allá, detrás de la luz... La luz de aquellos focos en el techo que otorgaba a la cámara profesional en atril más facilidad para que grabara el plató bañado de rojo con sangre ficticia y captara el panel verde tras la escena. A cada lado de la zona, más lentes en más ángulos, más colores diferentes que no se estaban utilizando. Un hombre con un gordo cuaderno en la mano se presionó el puente de la nariz. Aquello era, ni más ni menos, que la grabación de aquel manga que los tenía a ellos como propios personajes. ¿Cómo? Era fácil de comprender, el artista conocía a algunas de estas personas, en concreto los más jóvenes al ser apenas unos años mayor. La apariencia de varios de sus conocidos fue lo que le terminó de dar aquel empujón para crear la primera página de la obra basada en dos hermanos y su paso a través de un mundo de demonios y espadachines. Y en el estudio, ellos mismos en carne y hueso, estaban siendo partícipes para continuar la siguiente temporada, habiendo terminado y estrenado la primera, la cual fue un tremendo éxito en la audiencia. Los que estaban plasmados en aquel manga ni siquiera se les había cambiado el nombre en él, con el motivo del autor de que así parecería más realista que ponerles nombres ficticios que sonaran a personajes cliché. Los originales era personas normales, reales.

-¡Corten! -la cámara dejó de grabar, sin embargo, ninguno de los inmóviles cambió de posición. Entendieron bien la orden la primera vez. No debían mover un solo dedo si había que repetir toma o perderían la postura perfecta que tenían.

-Me está matando el cuello... -Tanjirou se quejó, cumpliendo con lo establecido. Tener la cabeza agachada tanto tiempo le estaba doliendo, e incluso escuchaba crujir ligeramente su nuca.

Detrás de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora