Capítulo 6: Silencios.

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Koke partió desde el lava manos al inodoro solo a vomitar de los nervios, ese mensaje no podía estar ocurriendo, miles de preguntas llegaron a su mente. ¿Dónde ha estado? ¿Quién grabó el mensaje? ¿Cómo dio con su número? ¿Se lo sabía de memoria o alguien se lo dio? Entre tanta interrogante solo había algo que sí estaba claro: Ignacio estaba vivo, en algún lugar, listo y dispuesto a volver por él, y quizá quien sabe, esto podría llevarlo a la cárcel. No pudo con tanto, se levantó para dirigirse a su dormitorio y llorar, pero el aire se le fue, no alcanzó a tomar las suficientes fuerzas y se desmayó. Su cuerpo de 1,85 metros hizo un ruido que se hizo notar por todo el piso, provocando que alumnos y el prefecto llegaran al lugar para reanimarlo.

Cuando el joven hubo recuperado la conciencia yacía en la sala de primeros auxilios del colegio junto a una enfermera de turno y el profesor encargado de aquella noche.

-Hijo, está bien, no es necesario que hables ni te muevas, solo descansa un momento, te desplomaste por lo que tus compañeros te dijeron, pero estarás bien –le decía la profesional.

-Nietzsche, solo para tranquilidad, avisé a su hogar de este acontecimiento, están al tanto de la situación y llegarán al colegio en unos 15 minutos aproximadamente, a pedido de su madre, por lo que el colegio abrirá para ella.

Koke aún estaba algo aturdido por el golpe que se había dado, por lo que en vez de hacer preguntas, solo cerró los ojos para descansar, pues, mentalmente estaba agotado y agobiado.

Por otro lado, cerca de los baños, Aline se encontraba con los demás discutiendo a cerca del misterioso plan que llevaban a cabo.

-Díganme ahora que pretenden porque si no voy a gritar tan fuerte como para que alguien me escuche y venga a averiguar que ocurre acá –susurraba Allard.

-No te interesa esto, regresa a tu dormitorio –habló Ángel.

-¡OH claro que me interesa, mi mejor amiga esta acá y todo lo que ella hace me lo dice ¿Cierto? – Aline lo dijo con un tono sarcástico mientras miraba a Isadora, pero ella solo la miró sin decir nada.

-Oye ¿Eres estúpida o qué? Si gritas te verán a ti también y te castigarán por igual ¿No piensas equipo? –decía Yerko con su particular tono.

-No te metas en lo que no te incumbe Aline, devuélvete por donde llegaste no más –Dijo Paz.

-Mira tú no me dices a mí que hacer o que no hacer ¿Entendido? –se defendió la muchacha.

-Yo te voy a hacer gritar con ganas imbécil –le gritó Isadora a Aline mientras se dirigía directamente a tirarle el cabello.

De repente escuchan un vehículo llegar al lugar, un ruido fuerte y repentino, como de alguien que venía apuradísimo, automóvil que Aline reconoció.

-Es el auto de la mamá del Koke ¿Qué hace acá? –dijo.

-Mira, no me interesa que hace acá, mejor corran que si nos ven castigados seremos y no, no puedo con eso adiós me voy –Yerko salió corriendo hacia los dormitorios para no ser visto, debido a que era raro una visita en el colegio a tal hora, por lo que todos decidieron seguirle y corrieron hacia sus habitaciones sin voltear: la misión fue un fracaso.

-¿Dónde estabas? Gritó Annys a Paz cuando la vio ingresando al cuarto algo agitada.

-Solo andaba haciendo ejercicio, necesitaba desestresarme –respondió Choi.

-Espera ¿Qué? ¿Ejercitándote, tu? Esto es broma jajaja –respondió su compañera.

-Bueno, mucha tarea, muchos trabajos, era necesario ¿Ok?

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