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Se sentía arrepentido y estupido.
La culpa lo carcomia.

Realmente había perdido el control. El nuevo ingresante resultó ser un muchacho guapísimo. Y Jimin, había hecho el ridículo frente a él.

Aún así, avergonzado y con los mofletes de color carmín, continúo su camino a paso rápido hasta llegar a su habitación, donde lo primero que hizo después de dejar los libros en su escritorio, corrió hasta lanzarse a su cama y pensar en lo sucedido.

¡Había hecho un espectáculo digno de risas!, exclamó en el interior de su cabeza.

Entre otros pensamientos intrusivos dominaban la cabeza de Jimin. Uno de ellos, lo alertó.

¿Qué haría cuando lo volviera a ver de frente? ¿Lo ignoraría? ¡Nah, muy infantil!, ¿Lo esquivaría? Tampoco. ¡Evitarlo! ¡Eso es!

En el cerebro de Jimin eso parecía una buena idea, pero lo que no sabía era que Jeong por un tiempo iba a ser el centro de atención en toda la escuela por un tiempo, y por más que quisiera evitar verlo y saber de él, se le iba a hacer imposible. Puesto que había olvidado el importante hecho de que compartía clases con él, y que también… compartían escritorio.

Oh, pobre Jimin cuando se diera a conocer su plan fallido.

Puesto que Jeongsuk se encontraba detrás de él, con los cachetes color carmín y una mirada intensa.
Jeon le estaba hablando, observaba cómo movía sus labios rápidamente, tanto que Jimin por instantes se sintió mareado y un poco sofocado.

Como pudo, y con toda su valentía Jimin sacó su libreta y le escribió.

"Hola. Creo que no te lo comentaron, pero soy sordo."

Observó cómo los ojos negros del muchacho se movían al leer en su libreta, y también observó cómo éste se ponía blanco pálido al leer la última oración.

Jeongsuk movió sus manos desesperadamente, e hizo una reverencia en forma de disculpa.

"Lo. Siento. Mucho." formuló con sus labios, y se giró sobre sus talones para irse corriendo.

Wow, pensó y suspiró.

El chico nuevo era mucho más atractivo de lo que lo pintaban y había visto de reojo.

Era sumamente apuesto con su cabellera marrón y su lunar en la punta de la nariz, que le había quitado toda su atención al momento de que el muchacho le pidiera disculpas; también sus cachetes color carmín. 

Y al parecer Jeongsuk no era el único avergonzado, pues los mofletes de Jimin se encontraban hirviendo y de un color rosáceo.

Vaya tensión en tan solo cinco segundos.

The Diary That Tells Me About YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora