The Diary That Tells Me About You

１·１

Los pasillos se encontraban desiertos, siendo únicamente iluminados por la luz de la luna, las paredes tapizadas y repletas de cuadros antiguos, los pisos forrados por alfombras y las ventanas cerradas evitando que entrase los vientos frescos de otoño; sin embargo al final de este se podía observar una puerta de dos estando entre-abierta.

Allí los dedos regordetes de un niño se movían hábilmente acariciando a cada tecla con suavidad emitiendo una dulce melodía que se adueñaba del salón con las suaves y placenteras armonías.

El día había empezado terrible para el chico, comenzando desde el cambio de profesores de cada año y de cómo intentaba explicarles la discapacidad que poseía, luego con las burlas de sus compañeros ante la vergüenza de ser llamado la atención por el profesor, seguidamente de lo solitario que se sentía en su habitación cuando todos iban a sus correspondientes clases de canto y para completar, la inconexión de sus padres.
El anochecer era la peor parte para el pelinegro, quien sufría en el silencio de la noche, cuando su compañero de cuarto llegaba de clases y caía agotado en la cama mientras él se quedaba dando vueltas hasta la madrugada.

El chico odiaba el silencio, vivía en silencio.

Todo fue hasta el día que encontró la sala prodigio, al final del pasillo, en el sector oeste del conservatorio.

La sala prodigio estaba simplemente conformado por un gran piano de cola arriba de un escenario, una chimenea y varios asientos más para los espectadores. Era una sala exclusiva y prohibida para los alumnos.

Había encontrado un lugar en donde hacer bastante ruido y era de más decir que ese piano lo acompañaría.

Y es en donde justamente ahora se encontraba, tocando Fur Elise como casi todas las noches; esa sonata tenía gran valor sentimental para el niño, fue la primera sonata que aprendió a tocar y tocó con la ayuda de su padre.

Sonrió con amargura.

-¡Jimin! –gritaron de repente.

El muchacho se había quedado estático en su lugar mientras perdía todo el color de la cara, se animó a darse vuelta cuando escuchó pasos venirse hasta él, enfrentando su destino, quien para su sorpresa se había encontrando con su compañero de cuarto, Eunsuk.

Suspiró aliviado.

-¡Sabía que estabas aquí!, ¿Tienes una idea de lo riesgoso que es venir aquí? ¡Por Dios! –gritaba en susurros.

Jimin se acercó hasta él para zarandearlo.

-¡Cierto! Tenemos que irnos urgentemente, escuché a los directivos hablar sobre que esta noche llegará un muchacho nuevo a la institución y que viene desde muy lejos. Estarán vigilando todos los sectores para causar una buena impresión al nuevo alumno.

Rápidamente inhaló aire para seguir hablando pero un ruido lo detuvo.

Por reflejo miraron hacia la ventana que para su fortuna había sido el viento.

-¡Vámonos!

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estoy muy emocionada con esta historia no lo voy a negar^^

bs. Ashton