🍵ʾGolden Boy.

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El muchacho rubio miraba su reflejo, con un suspiro, cambió su rostro cansado a una expresión encantadora.

Se suponía que le presentarían a Lee Minho, el omega del momento, ya que, contra todo pronóstico, luego de décadas sin que algo así ocurriera, el chico era un cambiaformas, cosa que llamó la atención de todo el mundo.

La familia del omega buscaba al mejor alfa para su hijo, del linaje más puro posible, con la esperanza que, al tener hijos, estos nazcan con los mejores genes, incluido el propio don de transformarse en un adorable lobito, a voluntad, tan como ese Lee Minho podía hacer.

Y él era uno de los candidatos principales, familia de magnates, heredero de una fortuna, hijo único y perfecto, apodado como Golden Boy por todas sus cualidades.

Pero a Lee Felix le importaba tres pepinos qué tan fabuloso pintaran a ese omega.

Porque ese desconocido no era quien él quería para su compromiso.

Aún, con esfuerzo, se arregló con ropa elegante, se acomodó el cabello hasta quedar perfecto, y se colocó una sonrisa rompecorazones en el rostro.

Luego de una última mirada en el espejo, se volteó para salir de su amplio dormitorio.

Su sonrisa no duró mucho al ver al chico pelinegro, parado en el umbral de la puerta, el beta lo miraba con súplica.

Había discutido con Seo Changbin en cuanto se enteró que le presentarían a un omega, exigiendo que se revelara contra sus padres, ya que él no quería ese arreglo.

Ya habían discutido muchas veces. Ya que ambos debían mantener su relación en secreto.

La familia Lee no dejaría que su linaje se perdiera si el último descendiente elegía a un beta; su familia no funcionaba así, ellos eran alfas y omegas, no había lugar para algo como Changbin.

Para el mundo, ellos eran amigos; pero a solas ellos eran su propio mundo.

Y por esa razón el corazón de Felix se destrozaba cada vez un poco más.

No habían hablado desde hace unos días, cuando la señora Lee había aparecido en la casa de su hijo para darle la noticia del compromiso.

Pero cada vez que se cruzaban, Changbin tenía esa misma expresión de "Por favor, no lo hagas" en el rostro.

Felix suspiró, se acercó a Changbin con paso tranquilo, hasta quedar a centímetros del rostro del pelinegro.

—Por favor, no sigamos así.— pidió el rubio, mirando a los ojos del pelinegro, aunque él tenía la vista en el suelo.

Changbin no contestó, y Felix se desesperó un poco, tomando el rostro del beta.

—Binnie, mírame.— exigió, pero no tuvo respuesta. Apretando los dientes con fuerza, sintió sus caninos saliendo y su voz salió de lo más profundo de su pecho.— Changbin, mírame.

El pelinegro reaccionó automáticamente con la voz de alfa de Felix, el rubio sintió cómo un balde de agua fría caía sobre él al ver los ojos del beta a punto de estallar en lágrimas.

Apoyando su frente con la de Changbin, suspiró para calmarse.

El pelinegro sintió un cosquilleo cuando el aliento de Felix chocó contra sus labios.

—Lo siento, lo siento— se disculpó el rubio—, no te gusta que use mi voz de alfa, lo sé... Es que... Estoy demasiado estresado, Binnie.

El pelinegro asintió.

—Por favor, di algo.— pidió.

Changbin tardó un momento en hablar.

—Ya sabes lo que diré.— dijo, por lo bajo.

𓄹 ࣪ℋ˖ Delta - hyunho ˒˒ 🌿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora