𓄹 ࣪ℋ˖ Delta - hyunho ˒˒ 🌿

🍵ʾ Lee Minho, desaparecido.

AI salir del baño, vestido con una remera gris oscura y unos pantalones negros bastante holgados, con los hombros algo mojados por lo húmedo de sus cabellos, Minho fue hacia la cocina, viendo que Hyunjin no estaba en el dormitorio.

— ¿Hyunjin? — preguntó, viendo al pelinegro, de espaldas a él, sosteniéndose con fuerza de la encimera de la cocina.

— No tomaste los supresores— soltó con tono desesperado.

Minho no contestó, no sabía qué le estaba pasando a Hyunjin.

Hyunjin giró un poco el rostro para mirarlo de reojo.

— Minho, ¿Sabes que acabas de entrar en celo?

Minho se sorprendió un poco, se le había olvidado completamente el tema de su celo, al punto de ignorar el por ahora leve dolor en la parte baja de su abdomen, había estado muy ocupado sintiéndose mal emocionalmente como para pensar en eso.

— Tu olor me está volviendo loco, Minho, vé a tomartelos— se notaba que Hyunjin estaba apretando sus dientes.

Minho reaccionó y fue hasta el cuarto, donde, sobre el escritorio, descansaba la cajita con los supresores.

Decidió no volver a la cocina por agua, y en cambio fue al baño, haciendo un cuenco con la manos para tragar la pastilla.

Luego, con precaución, se asomó de nuevo en la cocina, viendo a Hyunjin preparar algo de comida.

Hyunjin sintió el olor de Minho de nuevo, volteando a verlo.

— Ya los tomé— dijo defendiéndose el omega, antes de que el otro lo preguntara.

— Supongo que tardará un rato en hacer efecto— dijo el más alto, con un suspiro—. Siéntate, que aún debes comer.

Hyunjin le sirvió una generosa ración de arroz, y Minho sabía que no lo dejaría irse hasta terminarlo todo.

Un poco alejado, Hyunjin intentaba distraerse del olor del omega.

Antes, en el baño, cuando Minho había salido de la bañera, Hyunjin había visto demasiado bien su cuerpo, sumado a que su aroma adictivo, de chocolate y almendras, se había hecho más fuerte, aunque quizás era maximizando por el hecho de que el olor a tristeza de antes se había ido, dejando solo el normal y delicioso.

Pero Hyunjin no podía olvidar de unas ganas enormes que tuvo de besar al omega, y algo más.

Se preguntó si quizás, cuando decidió hacerle caso a su lobo, se había dejado llevar bastante, doblegandose al punto de hasta llegara bañar a Minho, todo porque en su pecho, sentía la necesidad de mimarlo, y cuidarlo como no lo había hecho antes.

Y ahora, a pesar que estaba un poco más calmado, y que el olor de Minho también, sentía la necesidad de salir corriendo de aquel lugar.

Pero no podía hacerle eso a Minho ya bastante lo había afectado al irse la noche anterior.

Recordando cómo había paseado toda la noche soportando el frío de principio de invierno hasta llegar a una estación de servicio, que abría las veinticuatro horas, dónde tomó café hasta terminar de liquidar toda chance de dormirse; pero no tenía ganas de hacerlo de nuevo.

Cuando Minho terminó su comida, se volteó un poco para verlo, Hyunjin sólo tomó el plato, diciéndole que vaya a la cama y que él iría luego de lavar.

Dicho y hecho, Hyunjin entró al dormitorio para encontrar que Minho había acomodado las sábanas, haciendo la cama de forma prolija, para luego abrir las sábanas, aunque no tenía intención de meterse en estas aún.