Secta Wei [Wangxian] [MDZS Yaoi].

Prologo: "Las espadas que se invitan a teñirse con el polvo rojo".

Sus ojos solo podría ver con delicadeza aquella casa que había construido con el pasar de los meses luego del suceso en la gran "Ciudad Sin Noche". Lan Wangji podía obtener una realidad más agradable, tenía una vida ligera. No le importaba si era la luz entre la inmensa oscuridad, había alguien que lo esperaba que se unía ante el entre lo bueno y lo malo. Lan Zhan, le había dado todo su corazón a Wei Ying, ni si quiera había reglas o habladurías que pudiera quitar ese amor que se sembró durante largos años de asedió contra los Wen.

Poco a poco fue caminando, su espada hacía juego con aquellas canastas que llevaba entre sus manos. Era un buen comienzo de la tarde, ya los sobrevivientes de la Secta Wen prepararían su almuerzo. Se organizarían para poder pasar una noche diferente, estaban ocultos pero felices...¡Harían lo necesario para volver a resurgir! Unas pocas familias jóvenes, niños de diferente edades, ancianos ¡Ellos no eran una amenaza! Wen Qing quería a su gente, y junto a Wen Ning su hermano menor lograron hacer eso.

Con la ayuda de Lan Wangji y Wei Wuxian.

Su mirada se enfoco al ver como Wen Ning se enfocaba en enseñarle a su pequeño hijo Lan Sizhui de tan solo cinco años concentrarse en que el arco quedará bien y pudiera lanzar aquella flecha. Claro que este reía, al notar que el pequeño no podía unir aquella cuerda sin que ambas fricciones de la bara de madera no saliera aun lado, pero con solo levantar la mirada y ver que sus ojos dorados como lo de su padre principal se enfocaban ante el, dejó rápidamente lo que estaba haciendo soltando aquella bara de madera y lastimando al pobre A-Ning.

-¡Papá!-

Con cabello rebelde una hermosa cinta roja amarraba su cabello, ojos dorados como anteriormente se explico. Un porte muy elegante y demasiado principal para ese de nene en edad comprendida, daba a saber que en sus genes llevaba la sangre Lan que le correspondería. Que cuando crecería, sería un chico con bases de principios esenciales hijo de dos hombres cultivadores importantes.

Un suave abrazo, uno que le gustaba recibir casi todos los días.

Claro que conocía perfectamente a Lan Sizhui, es un niño alegre que le gustaba meterse en problemas (semejanza a su madre) que casi olvidaba que tenía que aprender a leer o escribir cualquiera cosa para poder ser un niño culto a sus creencias, pero se derivaba a lo opuesto jugando y casi estando sucio a su manera. Pero con una gran sonrisa en la cara, dejaba en claro que cuando aprendía algo lo empleaba y no había nada ni nadie que le quitará esa máxima razón.

Podría decirse, que tenía el espíritu libre de Wei Ying solo que en mini versión Lan Wangji.

-¡Papá! ¡Por fin llegaste! ¿Tan largo estuvo tu viaje? ¿Qué me trajiste? ¿Lograste tomar un camino corto está vez? ¿Es genial viajar? P-pero...¡¿Me compraste algo!?-

También tenía que entender que su Sizhui era un niño tan energético y preguntón ¡Muy preguntón!

Noto que su hizo hacía un puchero mientras se aferraba a el, buscando obtener una respuesta por parte de su padre. Pero luego sintió que unos brazos fuertes lo cargaban para poder besar su frente, este solo ríe mientras rodea sus pequeños brazos alrededor de su cuello, y jugaba un poco con aquella cinta blanca.

De la nada, entre sus túnicas le muestra un lindo juguete que tenía la forma de una mariposa.

Nunca había visto los ojos de sus hijos brillar más de la cuenta mientras tomaba aquel regalo, sus manitos apreciaban cada contextura del juguete mientras lo alzaba ante su tío Wen Ning quien se sobaba la mejilla por el golpe recibido por el arco a medio construir. Le sonríe, haciéndole entender de que estaba prestando atención a lo que le había traído Lan Wangji.

-¡Mira tío Wen Ning! ¡Papá me trajo una linda mariposa! ¿Podemos dejar de construir el arco y poder jugar con ella? ¡Por favor!-

-No creo que sea buena idea sobrino, tengo entendido que mencionaste que cuando llegará tu padre tendrías listo todo para que te enseñara en este deporte ¿No? El juego de la mariposa puede esperar un poco...-