Martes 29 de Agosto, 7:15 a.m
— Vamos Sophia, el autobús llega en media hora y ni siquiera te has levantado de la cama!
Me desperté en seguida al escuchar los gritos de mi madre, cuando quise darme cuenta ni siquiera tenía las sabanas cubriendo mi cuerpo. Después de un buen rato decidiendo si me levantaba o no, por fin reuní las fuerzas suficientes para hacerlo.
Después de prepararme el desayuno me despedí de mis padres y fui hacia la parada del autobús con mi hermano.
— Sophia, sabes que me a tocado en la misma clase que Eva?— Mientras pronunciaba esas palabras, noté como una sonrisa alumbraba el rostro de mi hermano. —Me alegro mucho por ti Owen, ya has podido hablar con ella?— Aún no me he atrevido decirle nada, pero hoy intentaré hablar con ella en el recreo.
Justo a las ocho menos cuarto llega el autobús, y mi hermano decide sentarse al lado de un chico de su edad, por desgracia no queda ningún asiento libre, en todos hay como mínimo una persona, pero al final del autobús, veo como un chico rubio de ojos claros levanta la mano y hace un gesto indicándome que vaya hacia él, me quede mirándolo un buen rato para asegurarme que me estaba mirando a mi, me di la vuelta para ver si había alguien detrás de mi, pero no, y el volvió a hacer ese gesto con la mano.
Sin lograr entender nada, me dirigí hacia su asiento rezando para que el autobús no arrancase , y por suerte hasta que no me encontré al lado del asiento de ese chico rubio, no arrancó.
— Hola, quieres sentarte conmigo? He visto que no hay más asientos libres y pensaba que te gustaría sentarte aquí.— Esas palabras me dejan un poco descolocada, porque querría yo sentarme con el?
—Mm, sí claro.— Aún sintiéndome incómoda decido tomar asiento a su lado. —Me llamo Liam Turner y estoy en undécimo grado, y tú cómo te llamas?
—Tenía una voz muy ronca, como si estuviera afónico, y en el acento se le notaba que no era de aquí.— Soy Sophia Parker y estoy en décimo grado.
— Encantado de conocerte Sophia, no me suena haberte visto antes por aquí. —Acabo de mudarme, antes vivía en Clayton County, pero a mi padre le han ofrecido un trabajo mejor en el centro de Atlanta. — Yo soy de Boston y me mude aquí cuando tenía seis años, se me nota bastante en el acento.—Dijo mientras se le escapaba una pequeña sonrisa.
De repente vi como la gente del autobús empezaba a levantarse, miré por la ventana y estábamos delante del instituto. — Cual es tu primera clase? — Creo que ahora tengo informática. —Puedo acompañarte si quieres, mi clase está en el mismo pasillo que la tuya, me viene de camino. — De acuerdo, gracias.
— Mientras nos dirigíamos hacia mi clase, nos cruzamos con Maddie y Caleb, y me acorde de ayer por la tarde, cuando empezó a seguirme en Instagram, aún no entiendo como encontró mi perfil, noté como los ojos de Maddie me fulminaban mientras Liam y yo pasábamos por delante suyo, a diferencia de Caleb, el se limitó a mirarme y dejar que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro, el instante le devolví la sonrisa pero cuando Maddie vio que nos estábamos sonriendo, en seguida cogió a Caleb por el cuello e impulsó sus labios contra los de él. —Ey, donde vas? Esta es la clase de informática y deberías entrar ya, quedan cinco minutos para que suene la campana.— Gracias por acompañarme Liam. —No hay de que, nos vemos luego en el autobús.— Liam se fue hacia el final del pasillo donde se encontró con sus amigos, los cuales no pararon de mirarme hasta que entre a clase, pero mientras entraba tenía la impresión de que Maddie y Caleb seguían observándome desde sus taquillas, y no se como conseguí reunir todas mis fuerzas para no darme la vuelta.Por fin a llegado la hora de ir a casa y creo que iré caminando para así poder conocer bien la zona, me puse mis AirPods y con mi canción favorita de Ariana Grande empecé a caminar, pero no pude evitar fijarme en la cantidad de autobuses que había esperando al alumnado, en mi antiguo instituto apenas habían cinco, y en uno de esos autobuses me pareció ver a Rose junto a los demás subir a uno, me extrañó que no me avisaran para ir con ellos, supongo que no me han encontrado en la salida y han decidido irse sin mi.
Cuando entro en casa me llega un olor a pasta increíble, cosa que me encanta.
¡Hola familia! — ¿Sophia, puedes venir un momento a la cocina por favor? — ¡Ya voy mamá!— Subí a mi habitación y dejé la mochila junto al escritorio, abrí las ventanas y bajé a la cocina, donde estaban mi madre y mi hermano sentados.
— Hola Soph, como a ido el instituto?— Preguntó mi hermano mientras me abrazaba. — Muy bien, la profesora de matemáticas es muy simpática. — Me alegro mucho hija, quería comentarte que los vecinos se van de viaje una semana a Honolulu y me han pedido que fuera a su casa durante un par de tardes para vigilar a sus niños, y como yo no puedo por el trabajo, he pensado que podrías ir tú, te pagarían diez dólares cada tarde y podrías llevarte a Owen para que haga los deberes con Eva, que te parece?
— Por mi está bien, que día tendría que empezar?
— Mañana mismo, te prepararé algo para que cenes allí, empiezas a las siete y a las diez ya puedes volver. — Vale, luego bajaré a cenar, tengo que hacer deberes.Mientras subía las escaleras, recordé que el otro día en la cena, Owen no paraba de mirar a Eva, así que supongo que le hará ilusión pasar la tarde con ella, pero mi madre a dicho que tendría que vigilar a sus hijos, en plural, y ahí fue cuando me di cuenta de que no solo tendría que vigilar a Eva, también tendría que vigilar a ese chico que ni siquiera tuvo la educación de bajar a saludarnos.

ESTÁS LEYENDO
Lost in his eyes
RomanceSophia, una chica de 16 años con una vida completamente normal, a la que le encanta jugar al baloncesto y pasar tiempo con su hermano pequeño Owen. A pesar de que tiene 16 años, sus amigas dicen que aveces se comporta como una chica de 12, y por eso...