Capítulo 1

2K 196 90
                                    

Joaquín

Emilio.

Un chico de hermosa personalidad, de sentimientos nobles, seguro de sí mismo, nunca duda de sus capacidades, ayuda a las personas sin que ellas se lo pidan, es un gran amigo y confidente, su actitud es impresionante en el sentido de que es alegre, siempre es positivo, sus ganas de disfrutar la vida son grandes, la alegría que siempre carga te la contagia, en el siempre podrás ver un amigo sincero y que jamás te juzgará.

Sus hermosos ojos color café desprenden un brillo especial cada que esta con las personas que más ama; aunque para ser sinceros ese brillo lo mantiene todos los días. Sus ojos se achican cada que sonríe, su sonrisa transmite una alegría sincera, se ve tierno cada que sonríe. Para Emilio no existen días malos; más bien son días en los cuales se aprenden nuevas experiencias, ya sean buenas o malas.

Esos fueron las principales razones para que yo me enamorara de él sin darme cuenta, llegando al punto de verlo como el hombre perfecto. El más mínimo detalle me hacía verlo como la octava maravilla del mundo; ante mis ojos el es arte.

El tiempo avanza, no respeta momentos, tan solo avanza sin importar qué, y con ello me voy dando cuenta que no todo es para siempre; duele descubrir que una persona demasiado cercana puede irse de nuestro lado en algún punto de la vida.

La amistad que Emilio y yo tuvimos fue hermosa y también la más sincera que tuve a lo largo de mi corta vida, desde muy pequeños nosotros fuimos los más grandes amigos, todo el día ambos nos la podíamos pasar juntos y nunca nos aburrimos por la compañía del otro.

Sería una terrible mentira si llegara a decir que no me afecta que nuestra amistad de años se haya terminado, aun sigo procesando que ya no somos más amigos; todo por su mentalidad cerrada.

Me he hundido en el silencio de mi habitación reflexionando sobre lo sucedido hace cinco semanas; sus palabras aún me siguen afectando demasiado, también e llegado a creer que fue un error haberme enamorado de mi mejor amigo.

Extraño pasar mi tiempo con él, echo de menos sus tonterías y chistes sin sentido que hacía, me la podía pasar riendo todo el día de cada cosa ridícula que hacía, se que a él le encantaba hacerme reír; y yo amaba sonreír solo para él.

Deseo y anhelo con todo mi ser pasar un día más a su lado; todavía soy capaz de escuchar su risa, aquella que se transformaba música para mis oídos, la cual era capaz de hacerme sentir tranquilo y feliz.

De nuestra amistad tan solo quedan recuerdos; los cuales demuestran que alguna vez nosotros fuimos sinceramente felices. Hicimos muchas promesas como amigos, las cuales por obvias razones se habían quedado como simples palabras, pero yo solo cumpliría una sin importar que; "voy a estar para él en todo, no importa que, aquí me vas a tener como sostén" y de corazón la prometo cumplir.

Hoy era un día cálido, me encontraba en mi habitación haciendo tarea que debería haber hecho desde la semana pasada, pero la cual recién hacía debido a que todo lo dejo para el último minuto. Era sábado y como era costumbre la familia de Emilio venía a comer con nosotros.

Para ser sincero extraño ver a Emilio, en estos sábados que han pasado no ha puesto un pie en esta casa, por ende no tengo fe de que venga este día a convivir con mi familia. Desde que nuestra amistad inició, nuestros padres también comenzaron a crear una amistad entre ellos; la cual hoy en día sigue en pie.

Solamente Emilio sabe que soy gay; por fortuna no le había dicho a nadie como en un principio supuse que lo haría, pero no, el ante todo respeto eso, sabía que eso me correspondía a mí decirlo, y eso de corazón se lo agradezco. Mi familia no sabe sobre mi orientación sexual, y obviamente tampoco la familia Osorio Marcos.

Dudando de mi heterosexualidad | | [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora