Capítulo 11

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Un silencio se formó.

No sabía de qué manera proseguir con mi relato.

Tenía mi cabeza agachada, estaba mirando hacia el piso, movía mis pies y seguía jugando con mis dedos.

El silencio se torno algo incómodo y podía sentir la mirada penetrante de mi novia.

Levante mi cabeza con mucha inseguridad.

—Emilio —nuestros ojos conectaron, en sus ojos pude hallar un poco de tristeza.

—Lo lamento, es demasiado difícil contarte lo que siento —sentí mis ojos picar.

—Confía en mí, no te voy a juzgar, puedes contarme todo lo que sientes —dijo con una voz suave que me trasmitió confianza.

Ella es comprensiva, siempre trata de ayudar a los demás. Es una chica increíble y lo que menos quiero es romperle el corazón con la confesión que estoy por hacer.

Aunque eso no quita el miedo que tengo al que diran de las personas, porque pueden demasiado crueles y no creo ser lo suficientemente fuerte para lo que se viene.

Se que no debe importar lo que las demás personas digan, la felicidad de uno mismo es lo que más importa y las opiniones de las personas están demás, pero es difícil ignorar esos comentarios negativos, porque al final de cuentas te hieren.

—Emi, cuando te sientas listo me contarás —me dijo con voz suave, la mire de nuevo.

—Tengo miedo —le confesé—. Tengo miedo de absolutamente todo, de tu reacción, la relación de mis padres, me siento confundido, jamás creí pasar algo así.

—No tengas miedo, aquí estoy yo para protegerte de todo, vas a ver que todo estará bien —me contesto. Espero que cuando le cuente no termine por cambiar de opinión—. No voy a apresurar las cosas, cuando te sientas preparado me lo puedes contar.

—Creo que me gusta mi mejor amigo —le dije en voz baja. La mire por un par de segundos y ella se puso seria, agache mi cabeza—. Estoy confundido, muy confundido, pero creo que he empezado a desarrollar sentimientos hacia el.

—Emilio —con temor levante mi cabeza y la mire, ella seguía seria—. No se que decirte, esto jamas me lo espere.

—Lo lamento —le dije con voz temblorosa—. Pero él y yo dejamos de ser amigos hace un tiempo, porque el me confesó que era gay y yo no reaccione de la manera que seguramente el pensó, le dije de cosas y por ende esa amistad llegó a su fin. Pero ahora, me he dado cuenta que antes de todo eso, me sentía atraído hacia él.

Le conté con sinceridad.

Para este punto cientos de lágrimas salían de mis ojos.

Aún me sentía confundido, pero estoy seguro que Joaquín me gusta.

Recuerdo que cuando nos hicimos amigos, él me parecía una persona atractiva y bonita. Incluso le llegue a decir cumplidos.

Tristemente no todo es color de rosa. Mi padre siempre ha sido de mente cerrada; cuando él noto que me estaba haciendo más cercano a Joaquín, pensó que tenía otras intenciones con él, por ello tuvimos una platica la cual me dejó marcado.

Mi padre, al que veía como mi héroe, me había dicho cosas tan feas llegando a lastimarme mucho.

Ese señor que junto con mi madre me dio la vida, fingía ante la sociedad ser de mente abierta, pero en realidad es un hipócrita.

La relación con mi papá iba de mal en peor, ya no lo veía como antes. Aunque para los demás nada había cambiado, pero la realidad era distinta.

Mi madre y hermanos son unos soles, ellos jamás me juzgaron, incluso me dieron palabras de apoyo por si me decía hacer novio de Joaquín.

—Emilio —la voz quebrada de mi novia me trajo a la realidad, varias lágrimas salían de sus ojos.

Sin pensarlo ambos nos levantamos de nuestros lugares y nos abrazamos, llorando en el hombro del otro.

Dudando de mi heterosexualidad | | [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora