Era el último día de clases y al parecer las cosas ya habían regresado a su curso normal, a excepción de que, había comenzado a delatarme la semana anterior.
Estaba esperando a los chicos para ir al cine a ver no se qué película, cuando noté que estaban tardando demasiado llamé a Elliot, y fue la llamada más extraña del día. Me pidió que nos encontráramos en uno de los edificios de la escuela.
Me dirigí con toda la flojera del mundo, maldiciéndolos a todos por cambiar de planes sin avisarme con anticipación. Al llegar note que solo estaba el sentado en el pasto.
Le sonreí mientras me acercaba y me sentaba a su lado.
–¿Y los demás? –
–En el cine –
–¿Y por qué no nos esperaron? – pregunté confundida.
–Porque necesitaba que estuviéramos solos–
–¿Y eso por qué? – definitivamente no estaba preparada para lo que iba a pasar.
–Porque ya me enteré de todo–
–¿De qué estas hablando? ¿Qué te dijeron los inútiles estos ahora? – pregunté alarmada. Maldición, lo sabía, sabía que estaba enamorada de él y ahora solo iba a decirme que solo podríamos ser amigos.
–Tu definitivamente no sabes mentir – su voz era tan tranquila, como si tratará de que sus próximas palabras de rechazo no me hirieran.
Bueno, ¿de que servía mentir? Podía con el rechazo, o eso me quise hacer creer.
–Bueno yo, no sé quién te lo habrá dicho o que te habrán dicho pero hay una explicación, lo juro, fue sin querer yo no tenia idea de que estaba pasando, de verdad, no quería que esto fuera a terminar así – mi voz comenzó a temblar por el nerviosismo.
–Hey hey, tranquila, respira y aclárame las cosas –
Respiré profundamente y asentí.
–Bueno, se que has notado que mi comportamiento ha sido inusual, y extraño, pero, oh demonios, es ahora o nunca – dije más para mi que para él –Estoy enamorada de ti – solté de repente.
Ni siquiera me digné a mirarlo, seguí hablando.
–No se como paso, bueno si se, pero no voy a explicarlo, solo se que paso y cuando me di cuenta de lo mal que estaba no supe como actuar, y la única manera de deshacerme de ese sentimiento fue alejarme de ti, pero no funciono, y se que esta mal y que después de esto nuestra amistad no será la misma, y que lo arruine, perdón –
Oh si, ya no había vuelta atrás. Alcé la mirada y me encontré con un Elliot sonriendo como estúpido.
–¿Y? ¿no vas a decir nada? – pregunto ansiosa.
–Porque tardaste tanto en decírmelo, pensé que iba a esperar una eternidad –
–¿No escuchaste lo que dije? Acabo de joderlo todo por no saber controlar mis tontos sentimientos, ahorrémonos la parte donde me rechazas y por favor no me cuestiones – si señor, me encanta el dramatismo.
Ya ni siquiera podía mirarlo, así que opté por salir corriendo sin advertirle. Tomé mi mochila del piso con toda la intención de huir como toda una cobarde, cuando soy jalada de mi brazo.
–Tu no te marchas hasta que hayamos hablado –
–No tengo nada que hablar –
–Pero yo si –
–Pues no quiero escucharte, suéltame –
–Como eres terca, espera –
–Que no, y suéltame – voltee a encararlo
–Te dije que no, escúchame –
–No quiero, se como va a terminar esto y la verdad quiero ahorrarm.... – no me dejo terminar porque me callo con un beso.
Okay, definitivamente no esperaba eso.
–¿Por qué siempre tiendes a sacar conclusiones antes de tiempo? – sonrió al apartarse de mí.
–¿Por qué hiciste eso? ¿Acaso te divierte mi situación? – pregunte aturdida aún.
–Si, definitivamente eres la persona más distraída que conozco – se carcajeo.
–¿De que demonios te ríes? Deberías de estar reclamándome mi error, ¡no besándome! – le grité.
–Eres la única persona que no había notado que estoy enamorado de ti desde que te conocí – dice tranquilamente.
Si claro, espera ¿qué?
–No me gustan las bromas, lo sabes –
–¿Quien está bromeando? –
Busco en su rosto algún atisbo de burla, pero no hay nada, esta en modo serio.
Ay demonios. No.
Seguramente en ese momento mi cara era pura incredulidad.
Creo que definitivamente ese fue el día que recuerdo con más cariño, estuvimos horas sentados en el sillón escuchándonos mutuamente, por dios, había sido tan ciega, las señales habían estado ahí todo el tiempo y la única que no noto nada, fui yo.
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𝓒𝓲𝓮𝓵𝓸.
RomanceNo en todas las historias se tienen un fina feliz, pero al menos en esta, sí.