Capitulo 2

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— ¿Aseguraste el eje de tu lado? — Preguntó Shaka. Es difícil ver en la oscuridad.

Las estrellas brillaban en el cielo, pero faltaban los rayos lunares, Asmita sabía que Nebby podría trasladarlos a la vicaría sin ninguna dificultad.

Subió a la carreta y tomó las riendas.
Entonces, cuando Shaka pareció decidido a reunirse con ella, le recomendó:

— Cierra la puerta de la caballeriza. Evitemos que los caballos salgan mañana, si la gente viene a curiosear los restos del incendio.

— No creo que quieran venir hasta acá — Contestó Shaka —, con excepción del vicario y su familia, por supuesto.

Asmita no contestó.

Se quedó esperando Mientras su hermano cerraba la puerta de la caballeriza y corría el cerrojo exterior.

Shaka subió a la carreta.

Asmita se alejó con cuidado de la caballeriza y enfiló por el sendero empedrado, hasta quedar frente a la casa.

Los Taurus esperaban donde el lo había dejado, pero ahora quedaba aún menos de la casa en pie, de lo que quedaba unos minutos antes.

No soportaba seguir mirándolo. No quería ver cómo todo lo que poseía, incluyendo su ropa, se iba convirtiendo en cenizas.

Sólo quedaban los pocos objetos que el Y Shaka habían logrado rescatar, tirados sobre el pasto a cierta distancia del fuego.

Hubiera querido tener tiempo de bajar los retratos de sus antepasados, colgados en el comedor

Le gustaba en especial el de su padre, había sido el quinto Baronet. Shaka era ahora el sexto.

Asmita detuvo la carreta.
Indicó al señor y la señora Taurus que subieran.

Shaka bajó para que la mujer pudiera acomodarse Primero.

Ella seguía llorando y Asmita pensaba en algo consolador para decirle.

No obstante, las palabras se negaban a salir de sus labios.

Shaka dijo a Aldebaran que se sentara junto a su esposa y el pequeño lo hizo junto a Asmita.

Salieron por el sendero que conducía a la casa.

Asmita no volvió a mirar hacia atrás, hacia el edificio en llamas, recortado contra el follaje oscuro de los árboles que había a espaldas de el.

Podía a pesar de todo, escuchar el crepitar de las llamas. Una leve brisa dispersaba las cenizas ardientes sobre el césped.

Si se escuchaban las cabalgatas de Nebby sobre el sendero.

Cuando llegaron a las rejas de la entrada, el fuego ya no estaba a la vista. Momentos después sólo quedaron las estrellas en el cielo y cuando llegaron al pueblo, la oscuridad reinaba en sus casitas vacías, en ruinas.

Asmita continuó avanzando hasta que llegaron a la iglesia normanda de piedra gris, donde había sido bautizado y posteriormente confirmado. Sus padres estaban sepultados en el cementerio de la iglesia, en la cripta familiar.

Allí reposaban también los miembros anteriores de la familia, que habitaron la casa Virgin desde que está fuera construida.

La vicaría, ubicada junto a la iglesia, tenía sólo cien años de existencia.

Los Marcos de las puertas y ventanas estaban necesitando con desesperación un poco de pintura. Además aparecía un agujero en el techo que no había sido reparado.

Shaka bajó y levantó el llamador de la puerta del frente.

Insistió dos veces antes  que se abriera una ventana y el vicario asomara la cabeza.

— ¿Quien es? — preguntó—, ¿Que desean?

— Soy yo, Asmita Virgin. la casa se incendió y como no tenemos a donde ir, hemos venido a usted.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2020 ⏰

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