15. Petalos.

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—Alfred..... van a estar papá y mamá, y no les va a hacer ni puta gracia –dijo Ana preocupada, miró a su sobrina que la miró con la boca abierta.

—¡has dicho una palabrota! –le dijo su sobrina, Ana la miró a ella, y después a Alfred.

—muy mal Ana, le vamos a tener que lavar la boca con jabón a que si Marta –dijo Alfred mirando a su hija, esta asintió.

—bueno, sabes que de nuestra parte nos encantaría que viniese, pero al fin y al cabo, es tu novia.... –dijo Alfred, Ana asintió, después se despidió de su hermano y su sobrina.

Se preparó al poco tiempo ya que había quedado con Mimi, y en menos de una hora estaba ya saliendo de casa.

Cuando vio a la rubia, esperando en la calle, no pudo evitar darle un repaso muy descarado con la mirada, mientras sonreía.

Se acercó del todo a ella besando sus labios.

—¿como es que tengo una novia tan guapa? –le preguntó Ana cuando se separaron, Mimi rió.

—eso podría decir yo –le respondió, las dos sonrieron.

— ¿vamos? –preguntó Mimi tendiéndole la mano, Ana asintió entrelazando sus dedos con los de la rubia, y empezando a andar.

—¿que tal Marta? Hoy cuidabas de ella ¿verdad? –le preguntó Mimi, Ana asintió.

—muy bien, emocionada por lo de la boda, me preguntó por ti y por si ibas a ir –le comento Ana, Mimi la miró y sonrió.

—Ana... ya lo hemos hablado –dijo Mimi.

—es que me jode, porque no puedes ir conmigo, porque no le puedo hablar a mi familia de ti, porque no puedo decirles a mis padres que tengo novia. –dijo Ana.

—Ana no empieces –dijo Mimi abrazándola.

—no se lo puedes decir, porque te han tocado esos padres, al igual que a mi, es una mierda, si, pero hay que aguantar. –dijo Mimi.

—además, a mi no me hace falta la aprobación de tus padres.... o de los míos, para estar contigo, para quererte –dijo Mimi.

—no te merezco –le dijo la morena dándole un beso en la mejilla, Mimi sonrió.

—te quiero, ¿vale? Y eso es lo importante aquí, no que les digas a tus padres que soy tu novia –dijo Mimi, Ana asintió.

—entonces.... –le preguntó Ana.

—Ya sabes que a mi me encantaría ir, para estar con Alfred y Amaia, con Marta y contigo, pero si se va a liar... prefiero que me enseñes las fotos y ya está –le dijo Mimi riendo.

—pero yo quiero que vayas, y Alfred, Amaia y Marta también. –dijo Ana poniendo un puchero.

—pero si voy... tus padres van a saber que soy tu novia, y ya se lio una vez, no me apetece estropear una boda –dijo Mimi.

—no la vas a estropear, si mis padres no... lo aceptan... nos vamos o algo, no se –dijo Ana.

—es la boda de tu hermano, no te puedes ir –dijo Mimi.

—pues ven conmigo y así sabes que no me voy a ir –dijo Ana, Mimi sonrió.

—Ana... se va a liar –dijo Mimi.

—pues ya lo arreglaremos ¿que me dices? –dijo Ana besando a Mimi antes de que diera una respuesta.

—vale.... –le contestó la rubia, Ana sonrió, volviendo a besar a su novia.

Después de 10 años // warmi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora