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J: "¡Hey que está pasando allá abajo, ¿Jungkook, como llegaste ahí? -La pregunta de J fue respondida cuando vio las sábanas atadas colgando del hoyo- qué astuto"

Jk solo dirigió su mirada hacia otro lado, se le veía bastante nervioso, tratando de calmarse Jk respiro profundo analizando la habitación en la que se encontraba, todo parecía estar lleno de sangre y fluidos regados por todos lados, bueno por lo menos la mitad, la otra mitad parecía más limpia, claro dentro de lo que se podía, sus ojos viajaron a la cama, donde se encontró con algo que no esperaba. Un osito de felpa con un frasco en el medio yacía sobre la cama, rápidamente se acercó y lo tomó.
Lo alzo entre sus manos y luego lo abrazó.

-"J-Jungkook"
Una voz ligera y particularmente familiar llamó su atención, giró sobre sus talones, y ahí estaba, se veía bastante delgado, tenía ojeras en su rostro, un rastro de lágrimas secas y su ropa totalmente llena de sangre. Sin pensarlo más Jk corrió hacia el, tirándose al piso para poder abrazarlo.

Jk: "Ay por Dios, eres tú -dijo aquello mientras hundía su nariz en aquellos castaños cabellos que se veían más largos que la última vez- Dios, Gracias"

J: "Ok, ok al parecer ustedes quieren algo de privacidad"
La voz de J se escuchó por ambos pisos, pero los chicos lo ignoraron, estando muy perdidos en su mundo.

Th: "¿Estas bien? ¿Como has estado? ¿Te hicieron algo?

Jk no podía creer que el chico entre sus brazos se estuviera preocupando por él ahora.

Jk: "Dios Taehyung, te extrañe tanto, no había un solo día en que no pensara en ti"

Las mejillas de Tae se enrojecieron al escuchar aquello, lentamente se separó de Jungkook para tomarlo por las mejillas y analizar su rostro, se veía tan demacrado. Sus ojeras eran bastante prominentes, tenía bastantes kilos menos que cuando se conocieron y ahora por culpa de su ex compañero también tenía un golpe sobre su pómulo.
Jk disfrutaba el toque de las manos de Taehyung si entiendolo más vivido Gracias al efecto de las anfetaminas.

Th: "Ven aquí, voy a ponerte algo sobre ese golpe"

Ambos chicos se levantaron caminando primero frente al lavamanos, donde Tae lavó con sumo cuidado la cara de Jk. Después ambos se dirigieron hasta la cama del castaño.

Th: "Después de que nos separamos -comenzó a hablar mientras secaba el rostro de Jk con la sabana y tomaba a su osito para sacarle el frasco- desperté en el nivel 40, ese mes no la pase tan mal -sacó una cajita de lo que parecían ser curitas del frasco- al mes siguiente desperté en el 7, fue como estar en el cielo unos segundos -tomo una curita de la caja y comenzó a colocarla sobre el pómulo de Jk- a pesar de que debía continuar con el trato que ya conoces -comenzó a acariciar la cara de Jungkook- el mes siguiente desperté en el 159, fue entonces cuando Tanie bajo en la plataforma junto con una sabana".
Sus ojos comenzaron a aguarse
Jk: "Puedo explicarte -dijo sosteniendo el rostro de Tae- yo..."

Th: "Supe inmediatamente que antes de estar ahí estuvo en tus manos, estaba perfectamente bien cuidado, estoy seguro que nadie en este sitio cuidaría a un osito de felpa más que tu"

Jungkook sintió su corazón latir a mil mientras miraba aquellos ojos color avellana que se habían cristalizado de pronto, haciendo caso de sus impulsos y sin importarle donde se encontraban, acercó su rostro hasta el de Taehyung sorprendiéndolo con un beso, un beso lleno de ternura y sentimientos que ninguno de los dos entendía y tampoco cabían en ese lugar. Las prisiones no son lugar para ¿el amor?

No importaba, lo único que importaba es que Jk se sentía completo estando con Taehyung, y Tae se sentía protegido con Jungkook.
Poco a poco los ánimos de aquel beso iban subiendo volviendo donde cada vez más posesivo, ambos se embriagaban con el aroma del otro, que aún guardaba algo de su esencia, algo que ese maldigo lugar no les pudo quitar.

Jk fue deshaciéndose poco a poco de la ropa de Taehyung al igual que este de las de Jungkook.

Jk no sabía si aún era el efecto de las anfetaminas, pero las manos de Taehyung al rededor de su cuero se sentían bastante bien, Tae por su parte disfrutaba cada beso que Jungkook le proporcionaba, cada caricia parecía borrar el recuerdo de otro hombre sobre su piel.

Ambos sonrieron cuando finalmente se fusionaron en uno mismo.
Jk: "No voy a dejar que nada te pase, voy a cuidar de ti de ahora en adelante, te voy a sacar de aquí"

Taehyung sonrió ante aquellas palabras que más que eso parecían una promesa. Ese momento parecía algo mágico, un escape de todo aquel infierno que vivían día a día en ese lugar.
Pero no todo puede ser tan bello siempre y menos en un lugar como ese.

El hoyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora