La cima del árbol del mundo

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Asuna Pov:

Hace unos momentos me encontraba en una posada con Kirito, Yui y unos amigos. Él les estaba contando unas cosas a los demás para aclarar dudas. Cuando Kirito estaba a punto de terminar, la cabeza me empezó a doler a horrores, haciendo que me pusiese las manos en ésta y pegando grititos, interrumpiendo a Kirito y haciendo que todos volteasen hacia mi. Kirito iba a decirme algo pero antes de hablar, todo se desvaneció, volviéndose oscuro.

Cuando desperté, ya no me encontraba en esa habitación, había más iluminación y escuchaba árboles moverse. Abrí mis ojos para encontrarme con una mosquitera blanca, solo con ese detalle supe donde me encontraba. Me levante de golpe y noté algo a mi lado. Aterrada giré mi cabeza esperando lo peor pero lo que vi me hizo suspirar de alivio. Pensaba que Sugou había vuelto a dormir conmigo y no me gustaba nada, pero la persona que me encontré era una chica pequeña con dos coletas altas. Como estaba dormida, decidí no despertarla.

Al recordar lo que pasó hace unas horas, recordé que faltaba otra chica y la encontré sentada en una de las sillas tirada encima de la mesa, dormida. A ella si me daba igual despertarla, necesitaba venganza por sus bromas pesadas.

--Liz, Liz, despierta... venga chica-- Le dije sacudiendola de los hombros, ella arrugó las cejas y abrió los ojos lentamente. Luego, sin esperarlo me cogió del brazo derecho y tiro de él haciendo que diese una vuelta cayendo de espaldas al suelo.

Cuando abrí los ojos, me la encontré mirándome con los ojos como platos y con las manos en la boca, ella me dio la mano haciendo que yo la cogiese para poder levantarme.

--Ay... -- me quejé, poniéndome la mano en la espalda y levantándome, a la vez, con la ayuda de mi agresora.

--Lo siento, lo siento... pensé que eras ese bastardo-- Ante esas palabras, me puse pálida. Si Sugou tocase a mis amigas, nunca se lo perdonaría.

-- ¿Te ha hecho algo?-- Le dije desesperada. Ella solo negó con la cabeza-- Menos mal.--

Me senté en la otra silla y puse los codos encima de la mesa, sujetando mi cabeza y perdiendo todo el respeto que mi madre me enseñó. Ahora que pienso en ella, cuando despierte me apuesto a todo a que me regañará por entrar en ese juego de la muerte, ¡pero que sabía yo!

Después de eso,  se lo conté todo a Liz y ella se enfado conmigo por dejarlas sola, y con Silica, por tomar ella las decisiones, aunque fue lista por su parte. Cuando terminé, ella me contó su historia.

--Cuando desperté, me encontraba en la cama con Silica dormida a mi lado y no sabía que hacer así que me puse a dar vueltas y probar a abrir el menú para ver si nos podríamos desconectar, pero no sirvió para nada.-- Supongo que por eso se enfadó con Silica  y por eso yo dudé antes de salir. Ahora que lo pienso, acabo de descubrir porque dudé. Mi mente esta confusa.-- Después de eso me senté en la silla y-- Liz paró en seco.

Miramos hacia un lado a causa de un ruido, una silueta apareció y, poco a poco, se distinguió Sugou. Él me miraba solo a mi, ignorando a Lisbeth.

--Por fin vuelves, Titania.-- Dijo Sugou con una sonrisa. Yo solo le respondí con una cara de asco.

--Pfffff, jajajaja... Perdón, perdón-- dijo Liz mientras se sujetaba la barriga con las manos, yo la miré preocupada, pensando "esta chica tiene un problema", pero no dije nada.

Sugou la miro con desprecio y después abrió el menú del sistema, pareció hablar con alguien pero no pude oír nada por la risa de amiga.

Otra silueta apareció haciendo que la risa de Liz cesara. Esa persona era una chica con pelo dorado como los rayos de luz y sus ojos eran como el mar, llevaba una armadura dorada con telas azules y blancas.