Prólogo

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Él gran monarca de este imperio era alguien que mantenía siempre una apariencia digna y imperiosa, siempre lo fue, pero...

"¡Bastardos incompetentes!"

"¡¡¡¡Aaaaarrrggg!!!!"

Un vidrio roto salió disparado y se clavo en el ojo de uno de los médicos.

Todos los hombres de blanco miraron con horror a su colega que gritaba de dolor y se encogieron rogando no ser notados por el emperador.

Pero la irá del emperador no podía ser saciada, volteo y destrozó todo a su paso, la frustración y la culpa lo estaba carcomiendo vivo.

¿Porque tenía que ser así? ¿Que podía hacer? ¡No existía nada para traerla de vuelta!.

Llamo a todos los médicos pero ninguno podía darle vida a la emperatriz muerta.

Ni siquiera fue posible para aquellos con habilidades mágicas.

Simplemente era totalmente imposible, lo era porque ellos...

"¡Maldición todos fuera!" Grito el emperador.

No fue necesario decirlo una segunda vez, los médicos abandonaron rápidamente la sala dejando al emperador solo.

Cuando la habitación se inundó en el silencio, el emperador quiso seguir destruyendo cosas pero en su lugar busco en su gabinete y saco una botella.

La cual llevo a sus labios sin dudarlo y él, que jamás cayó ante los efectos del alcohol se derrumbó borracho.

"Jajaja ¿Bai'er es bueno esto?"

Habló al aire y nadie respondió, se rió de si mismo y se recostó en el suelo mirando el techo.

Pero de la nada una cara familiar se asomo desde arriba.

"¿Bai'er?"

Él Emperador se incorporo y busco a la mujer que había visto, entonces pudo verla frente a él.

En una forma fantasmal una hermosa mujer de cabellos largos y castaños, y de hermosos ojos plateados lo miro con amor.

"¿Estás viva? ¿Esto no es un sueño?"

Pregunto a la figura fantasmal pero ninguna de sus preguntas fue respondida, la mujer solo lo miro con una sonrisa y se dio la vuelta.

"¡No!"

Él emperador tropezó pero se recuperó y persiguió a la mujer.

"¡Bai'er espera! ¡Espera ahí!"

Pero la figura continúo su camino sin mirarlo, y el Emperador la siguió con la esperanza de alcanzarla.

La mujer camino al principio pero después comenzó dar pequeños saltos y vueltas por el lugar, el emperador no fue capaz de alcanzarla.

"¿Su majestad?"

Los sirvientes que vieron al emperador perseguir el aire se sorprendieron.

¿Él Emperador estaba alucinando?.

Todos pensaron así, llamo en todo ese tiempo el nombre de la emperatriz pero ellos no pudieron ver nada.

Entonces ocurrió una desgracia.

"¡Su majestad!"

Ciego por el alcohol y su anhelo, el emperador corrió y persiguió a la figura fantasmal que al final lo llevo al final de un acantilado, su cuerpo se sintió ligero y luego pesado.

"¡Salven a su majestad!"

Se escucharon los gritos, pero fue tarde, el emperador cayó y la sangre goteo de su boca que sonrió sin dolor porque finalmente había atrapado a la mujer.

"Te tengo" dijo él.

Pero como si se burlara de él, la mujer desapareció.

Él Emperador abrió los ojos y apenas noto que la sangre salía de su boca y que sus huesos se habían roto en gravedad, no fue capaz de ponerse de pie en medio de la locura.

"¡¿Dónde estás?!"

Llamo una y otra vez pero la mujer no apareció más.

"¡Bai'er!"

Sus ojos se llenaron de lágrimas y grito su nombre.

"¡Su majestad!"

Todos los sirvientes corrieron y lo levantaron, todos estaban asustados y preocupados.

Cómo su monarca alguien realmente bueno, ¿pudo terminar así?.

Pero la causa era obvia.

Miraron con pena al emperador que lucho débilmente en sus manos y lo llevaron de regreso.

Todos sufrieron con él, excepto el que lideró a un grupo de niños junto con una chica exactamente igual a él y miro con indiferencia la condición lamentable del emperador.

"Príncipe..."

"Cuida a su majestad" Dejo dicho y se marchó.

Los sirvientes miraron con tristeza su espalda pero nada se pudo hacer.

Él emperador que seguía susurrando el nombre de la emperatriz también fue lamentable.

"Bai'er, Bai'er"

Su conciencia se apagó y en su situación vio pasar una gran película que lo hizo recordar muchas cosas que olvido debido al tiempo.

Las lágrimas que habían cesado por la figura fantasmal volvieron a derramarse como una lluvia torrencial no por el dolor sino por el contenido de esa película.

'principe ella es la señorita de la casa Leng, tu compañera'

'¿Mi compañera?'

Pregunto un niño de cinco años a su madre la emperatriz y lo mismo hizo la niña frente a él que se aferró a la falda de su madre.

'¿Hola?'

Una niña realmente fea y pequeña lo miro, el niño pudo actuar con repulsión pero en su lugar la miró con una sonrisa mientras dijo sin pensar: 'eres hermosa'.

La niña se sonrojo por sus palabras y lo miro de reojo.

'su Alteza también'

Su halago hizo feliz al niño.

"Bai'er..."

the deity's girlfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora